«En Missouri, de donde vengo, no hablamos de lo que hacemos, simplemente lo hacemos. Si hablamos de eso, se ve como fanfarronear».
¿Qué? ¿Quién ha dicho eso? Yo no. No puedo haberlo pensado yo, porque esa no es la voz de mis pensamientos.
Venga, de acuerdo, me levanto ya, dos horas antes de sonar la alarma, con legañas en los ojos.
Mochi ¿por qué me bufas? Ya sé que no soy la maravilla de dueña que quisiera tener una gatita como tú, pero es lo que hay. Así, que dejáme que vacíe mi vejiga primero.
Levanto la tapa, me bajo las bragas... ¿QUÉEEEEEEE?
Menos mal que vivo en la última casa del pueblo. Aún así, no estoy segura de que alguna vecina me haya oído.
Veamos... ¿Ahora tengo pene? ¿Cuando jamás lo he tenido en mis veinticinco años de vida? Mi cuerpo, mis manos, mi voz… Con miedo me asomo al espejo. Éste me devuelve una imagen preciosa si esa persona no fuera yo. Porque ese, soy yo. No se refleja nadie más. Estoy sola. O solo...
¡Manda huevos! ¡¡¡Que soy Brad Pitt!!! ¿Y cómo voy ahora al súper así? ¿Qué hace Brad Pitt en pleno agosoto en el Pirineo?
Soy Brad Pitt por fuera, pero aunque lo intente, mi nivel de inglés sigue siendo un B1 con acento español. Ni rastro del aento de Missouri.
Mira, voy a ducharme. Tengo la suerte de poder enjabonarme el cuerpo de uno de los hombres más atractivos del mundo. Pero hay un detallito… No tengo nada que ponerme en este cuerpo de nuevas hechuras.
¡Olvidé que quedé con mi madre y mi tía para almorzar a las nueve!
¡Qué horror! Mochi ha tirado el despertador.
¡Mochi!
Mi voz es femenina. Aún en la cama, compruebo que soy yo. La chica de siempre.
Despertar en un cuerpo ajeno no debió ser una sorpresa deseada. Así que el verdadero despertar fue un alivio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Demasiado extraño para solo 300 palabras. Así que el recurso de despertar del sueño era lo que veía más plausible 😊
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