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Reto: La magia de J K Rowling
de Libros.com
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—¡Señorita Calanta! Galen me está molestando —Bufó Danika.
¡Galen! Como continúes incordiando, juro que te cortaré cada uno de tus seis tentáculos.
—Pero es que Danika no me deja ver la pizarra con su cabezacono...
—Bueno, chicos. Vale, ponte en primera fila con los siameses.
Galen se sentó junto a Axel y Astra que, si bien eran dos seres con sus respectivos cerebros y temperamentos, compartían el mismo cuerpo. Luego, la profesora mandó a Danika a sentarse detrás. Lyra y Thalasa, sus amigas reptilianas, la miraron con pena y telepáticamente, le dijeron que en el recreo le enseñarían las enormes moscas violetas y amarillas que su madre les había puesto para almorzar. Pero Kael, el babosa bobalicón, se rió de ella, y Valtor, el ewok, le empujó para que parara de reír.
—¿Todo bien ahora, chicos? Porque si seguimos así, no vamos a empezar la clase en la vida —dijo la profesora dando un suspiro tan largo que volaron sus papeles y los de sus alumnos—. Bueno, en fin. Hoy tendremos una clase especial de anatomía. Mis queridos maridos han cedido amablemente a esta escuela a dos especímenes del planeta Tierra. Iban andando por una zona desértica, uno detrás del otro.
Los alumnos de la señorita Calanta, abrieron los ojos, bocas y oídos, así como los vellos se les pusieron de punta, las escamas cambiaron de color pasando por todos ellos, y las babas parecían un río. La excitación por ver en vivo a dos mitos andantes. Los terrícolas, de quienes todo el universo hablaba.
Los maridos de la señorita Calanta entraron acompañados por dos seres humanos. Uno parecía estar nervioso y aterrado, el otro, simplemente nervioso.
—Para estudiar a estos seres anatómicamente, vamos a anestesiarles. Así, continuarán estando vivos y podremos ver como son por dentro. Incluso veremos como les late el corazón.
Pritus, el primer marido, inoculó el sedante al primer espécimen, y antes de contar diez, había caído en un profundo sueño.
El segundo marido, Cretus, hizo lo propio con el otro hombre. Sus venas eran duras y negras, y supusieron un reto para él. Contaron diez, veinte, treinta segundos... Cinco minutos y dos dosis más de anestesia después, el sujeto número dos aún estaba despierto.
En un momento dado, le desataron de la camilla en donde le mantenían tumbado y, el grisáceo humano se abalanzó sobre el otro terrícola y empezó a morderle y a masticar.
Los maridos, y la propia señorita Calanta, intentaron separar a aquel ser del pobre durmiente, que acabó colapsando cuando el caníbal se zampó su aún bombeante corazón.
Danika sacó en claro que, un humano te comerá si haces que te siga a través del desierto.
La señorita Calanta se enfadó con sus maridos, aunque aquel monstruo no les atacara ni a ella ni a sus alumnos. De hecho, no atacaba a nadie en aquella escuela.
Más tarde, entre las pertenencias del terrícola fallecido encontró La Guía de Supervivencia Zombi. Jamás escuchó nada sobre zombis, y ahora tenía uno para estudiar.
¡Galen! Como continúes incordiando, juro que te cortaré cada uno de tus seis tentáculos.
—Pero es que Danika no me deja ver la pizarra con su cabezacono...
—Bueno, chicos. Vale, ponte en primera fila con los siameses.
Galen se sentó junto a Axel y Astra que, si bien eran dos seres con sus respectivos cerebros y temperamentos, compartían el mismo cuerpo. Luego, la profesora mandó a Danika a sentarse detrás. Lyra y Thalasa, sus amigas reptilianas, la miraron con pena y telepáticamente, le dijeron que en el recreo le enseñarían las enormes moscas violetas y amarillas que su madre les había puesto para almorzar. Pero Kael, el babosa bobalicón, se rió de ella, y Valtor, el ewok, le empujó para que parara de reír.
—¿Todo bien ahora, chicos? Porque si seguimos así, no vamos a empezar la clase en la vida —dijo la profesora dando un suspiro tan largo que volaron sus papeles y los de sus alumnos—. Bueno, en fin. Hoy tendremos una clase especial de anatomía. Mis queridos maridos han cedido amablemente a esta escuela a dos especímenes del planeta Tierra. Iban andando por una zona desértica, uno detrás del otro.
Los alumnos de la señorita Calanta, abrieron los ojos, bocas y oídos, así como los vellos se les pusieron de punta, las escamas cambiaron de color pasando por todos ellos, y las babas parecían un río. La excitación por ver en vivo a dos mitos andantes. Los terrícolas, de quienes todo el universo hablaba.
Los maridos de la señorita Calanta entraron acompañados por dos seres humanos. Uno parecía estar nervioso y aterrado, el otro, simplemente nervioso.
—Para estudiar a estos seres anatómicamente, vamos a anestesiarles. Así, continuarán estando vivos y podremos ver como son por dentro. Incluso veremos como les late el corazón.
Pritus, el primer marido, inoculó el sedante al primer espécimen, y antes de contar diez, había caído en un profundo sueño.
El segundo marido, Cretus, hizo lo propio con el otro hombre. Sus venas eran duras y negras, y supusieron un reto para él. Contaron diez, veinte, treinta segundos... Cinco minutos y dos dosis más de anestesia después, el sujeto número dos aún estaba despierto.
En un momento dado, le desataron de la camilla en donde le mantenían tumbado y, el grisáceo humano se abalanzó sobre el otro terrícola y empezó a morderle y a masticar.
Los maridos, y la propia señorita Calanta, intentaron separar a aquel ser del pobre durmiente, que acabó colapsando cuando el caníbal se zampó su aún bombeante corazón.
Danika sacó en claro que, un humano te comerá si haces que te siga a través del desierto.
La señorita Calanta se enfadó con sus maridos, aunque aquel monstruo no les atacara ni a ella ni a sus alumnos. De hecho, no atacaba a nadie en aquella escuela.
Más tarde, entre las pertenencias del terrícola fallecido encontró La Guía de Supervivencia Zombi. Jamás escuchó nada sobre zombis, y ahora tenía uno para estudiar.
Que interesante diversidad de seres.
ResponderEliminarQue contrariedad ese incidente en el aula. Aunque habrá alguno nuevo para estudiar.
Un abrazo.
Gracias Demiurgo. Esto es un relato zeta y un total desvarío.
EliminarQué derroche de imaginación, me ha encantado, está muy bien, ingenioso y bien narrado. Un abrazo. 😊
ResponderEliminarMuchísimas gracias Merche 💝
EliminarPrimer vez que leo algo como esto y me gustó. :) Genial!
ResponderEliminarMuchas gracias 🌻👍
EliminarZombies abducidos por extraterrestres. Has rizado el rizo. Cuidado que no te copien la idea alguna de las series de zombies que hay por las plataformas. Saludos y buen fin de semana.
ResponderEliminarJajajaja pues no es mala idea, no.
Eliminar¡Hola, Noelia! Caramba con la clase de anatomía, ja, ja, ja... Pues creo que bien podría ser un relato semilla, me refiero a que el mundo creado con este colegio y sus criaturas podría ser un buen contexto para desarrollar una historia larga. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David. La verdad es que sí, pero no soy persona de escribir sobre estas cosas 😊
EliminarY metí un zombi poque hacía tiempo que no había alguno en mis historias.
Un muy original relato, me gustó mucho. Interesante la variedad de seres de esa escuela. Al final tendrán un zombi para completar sus conocimientos. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarComo dije en el comentario anterior, hacía algunas entradas que no salía un zombi. Así que, imaginación al poder 😊🌻
Me ha gustado. Un saludo y un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Keren ☕
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