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VadeReto de Abril 2023
Mientras ella, tras vestirse, se calza y ata los cordones de sus quets¹, se pierde en sus pensamientos. Otro fin de semana conflictivo que se repite desde hace meses. Quizás sea culpa suya por haberle dado manga ancha a aquel hombre pero, ¿cómo podría ser cruel tras ocho años de relación en el que su amor por él se había terminado? todas sus esperanzas de una vida juntos, se habían esfumado. No le veía continuidad a aquello que la lastraba y la atormentaba.
Era hora de llevar a su hija al instituto. Eso siempre la distraía. Algo mecánico en sus últimos cinco años, una de sus "zonas de confort" que le dicen ahora. Bajar al garaje, meterse en el coche. Arrancar, ponerse los cinturones, salir por la puerta y recorrer las subidas y bajadas de las calles del pueblo. Esperar en el cruce. Pasar. Estacionar. Despedir a su hija hasta dentro de unas horas, cuando volvería a por ella.
Era hora de llevar a su hija al instituto. Eso siempre la distraía. Algo mecánico en sus últimos cinco años, una de sus "zonas de confort" que le dicen ahora. Bajar al garaje, meterse en el coche. Arrancar, ponerse los cinturones, salir por la puerta y recorrer las subidas y bajadas de las calles del pueblo. Esperar en el cruce. Pasar. Estacionar. Despedir a su hija hasta dentro de unas horas, cuando volvería a por ella.
Con el corazón apuñuscado², se preguntaba si de verdad esta vez, él se alejaría de una vez por todas. Porque casi medio año sin poder dar por finiquitada una relación agonizante, levantándose con el cerebro abotargado y la cabeza en llamas, acabarían con la cordura de cualquiera. Pero ella, una mujer más fuerte de lo que pudiera imaginar, aguantaba estoicamente. Ya había sufrido una ruptura traumática anteriormente, siendo ella la dejada, y en medio de una depresión diagnosticada. Esto, aunque difícil, era bastante más controlable.
Lo que no podía entender era que, en nombre del amor, aquel hombre la hubiese estado insistiendo en volver. Llorando, suplicando, mintiendo y creando una cuenta falsa en Twitter con la que crearse una red de seguidores mutuos y hacerse también su seguidor. Este seguidor salido de la nada, empezó a comentar y a retuitear cosas sin sentido del perfil de ella, hasta el punto de incomodarla, ganándose así su bloqueo.
Tras esto, le dijo por otros medios que, aquel seguidor a quien bloqueó, era él. Que era la forma de sentirse cerca de ella porque la amaba tanto...
Te quiero. Ese era su mantra para responder a cualquier reproche de ella.
—Tú no me quieres. Estás obsesinado— le dijo ella una vez más.
Ella vive estos días, con la incertidumbre. Para ella llegó el punto de no retorno, pero debe protegerse. No puede fiarse de quien corrompe de esa manera la palabra "amor". Él está perdido en ese enganche por ella. Y ella ya no sabe más qué decirle, a parte de bloquearlo en todos lados.
Entonces, en la soledad de su pensamiento, ella pronuncia una palabra, iquigua³. No es nada. No existe. Su hija la soltaba de vez en cuando a los tres, cuatro, e incluso cinco años, cuando alguna persona desconocida se dirigía a ella, normalmente una cajera del supermercado, y no quería contestarle. Iquigua, en la cabeza infantil de su hija, podía ser un "déjame en paz" o "no te quiero contestar". Quién sabe. Eso no importaba en aquellos momentos.
Para la protagonista de nuestra historia, bien podría interpretarse como... ¡Iquigua! ¡Al carajo todo!
Quién sabe.
Quién sabe nada en este mundo de perdidos y de locos.
¹Quets: (keds) en las comarcas leridanas es el nombre que reciben las zapatillas deportivas.
²Apuñuscar: estrujar, apretujar, apiñar, estrechar.
³Iquigua: palabra inventada por la hija de la autora en su mas tierna infancia 😜
Hay que saber dar fin a las relaciones tóxicas. Muy buen relato para el VadeReto, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Ana 🌻💝
EliminarHola, muy buen relato, José Antonio nos lo ha complicado este mes con las palabrejas, pero las has incorporado muy bien y la inventada por tu hija una maravilla, creo que me la quedo, jeje. Un abrazo. :)
ResponderEliminarClaro qie sí Merche, no tiene derecho de autor.
EliminarGracias 😜
Hay amores que cuanto más lejos mejor y este tipo de personas tóxicas anularla bloqueándola en todos los lugares es la mejor opción.
ResponderEliminarSimpática palabra la de tu niña. Bonito relato para el VadeReto. Un abrazo
Gracias Merche 🌻
EliminarDesde dentro, no es tsn fácil. Pero una vez tomada la decisión, es mejor que no haya vuelta atrás.
Buenas tardes, Noelia.
ResponderEliminarDado lo que has comentado en el Acervo, siento mucho que "la protagonista" pase por esto. Algunos no saben dar por terminada una relación y no se dan cuenta del daño que hacen al seguir intentando lo que ya es imposible. Conozco algún caso cercano. Espero que esa encantadora mujer pueda encontrar su tranquilidad y rehacer su vida con "normalidad".
En cuanto a las palabras rarunas incorporadas al relato: ¡Bravísimo! Me encantan. Sobre todo la inventada por la pequeña. Se ve que de tal palo escritor, tal maravillosa rama creativa. ¡Felicidades!
Creo que soltaré esa palabreja cuando, como la niña, me suela encontrar en la misma situación. ¡¡¡Iquigua!!!
Muchísimas gracias por regalarnos este relato tan especial para el Acervo.
Abrazo
¡Ay, las bullas!
EliminarSe me ha olvidado comentar el excelente artículo: «Desarrollo del Lenguaje en niños» al que has enlazado.
Se lo voy a pasar a mi ahijada, que mi nietijada es más difícil de entender que un chino mosqueao.
😝👍🏻
¡Ay, José Antonio! Muchas gracias. Mi hija ya está en Bachillerato y sí, escribe ya sus cosas 😊
EliminarComo la palabra inventada no la podía enlazar a nada concreto, pues busqué algo con sentido. Ella aprendió a hablar desde bien pronto y a vocalizar muy bien. Ya sabes, en comparación con otros niños lo que es "normal" en el desarrollo. Y lo de la palabreja. Se nos quedaban mirando a su padre y a mí, cuando la decía. Y yo contestaba: no es nada, es una palabra que dice ella, que se ha inventado. A mí me hacía gracia y no me sulfuraba prque aunque sólo tengo una hija, siempre me han gustado los niños y me llevo mejor con ellos que con los adultos.
💝
Muy elocuente esa palabra inventada. Que hace tiempo descubrí un termino para denominarlas, pseudopalabras.
ResponderEliminarEl relato tuyo no incluye una causa específica de la ruptura, si la hubo, dejando al lector con curiosidad. Buen recurso.
Besos.
Hola Demiurgo.
Eliminar¿El motivo? Nada grave. Una de las partes se da cuenta de que no. Que por su parte la relación está rota y es mejor no alargar más lo inevitable. Nada de terceras personas o traiciones.
El texto es de un realismo que te llega el dolor de la protagonista. Qué fácil es decir si una relación se acaba, se finiquita y ya está. En la práctica la vivencia se vuelve tan complicada. ¡Qué bien lo has reflejado! Besos, Flor.
ResponderEliminarMuchísimas gracias MªPilar 😊
EliminarTan real te ha parecido la historia, como que la mujer a la que hace referencia la historia, soy yo.
Hola Noelia.
ResponderEliminarEn este mundo de perdidos y locos, tu protagonista no está ni perdida, ni loca. Está muy centrada y segura de su decisión. Lo que pasa es que hay personas que no se resignan a perder lo que ya está perdido. ¡Y es una pena! porque hace sufrir a todo el mundo.
Me encantó la palabra de tu hija. Un maravilloso invento, muy utilizable.
Un abrazo.
Qué bonica!! Muchas gracias 💝
EliminarTodos los cuerdos, sabemos que estamos un poquito "locos". Quien no tiene esa percepción, es el peligroso.
Se pierde uno en el amor. No es facil para la mayoria. Unirse a otro ser humano requiere cierto ingenio.... y ser perseguida en twitter..... ya es demasiado.
ResponderEliminarHoka José. En nombre del amor se hacen tantas tonterías... Para bien o para mal.
EliminarMuy buen relato. Me ha gustado mucho que lo titularas, además de incluir la palabra, con esa "invención" de tu hija cuando era pequeña. He escogido esta entrada, por si no leías la respuesta que te he dejado en mi blog, para agradecerte el seguimiento y para decirte que, como no podía ser de otra manera, tienes nuevo seguidor. Saludos!
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarSí. Leí tu comentario desde el mail que me llegó.
Seguirse los blogs no cuesta nada y da satisfacción, para qué negarlo. Nos hacemos felices con estas pequeñas cosas. 😊💝
Me ha gustado mucho. Sobre todo por lo real que es. Has relatado verazmente esa situación que pasan muchas parejas cuando una parte quiere seguir y la otra quiere acabar. Punto de no retorno, Y me ha encantado la palabra inventada por la niña. Me ha recordado a una palabra que se inventó mi hijo pequeño y que costó mucho quitarle. (Camión: atunón y coche: atuna)¡Qué cosas tiene los peques! Un placer leer un relato tan fluido, sincero y sentido.
ResponderEliminarSaludos
Gracias de corazón, Jose.
EliminarEs que los niños tienen una cabeza que madre mía, no se aburre una con ellos 🤗🌻