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Corazón no está solo porque le acompañan, Cerebro y Alma. Juntos forman el triángulo de la vida, la razón y el sentir.
Ese corazón diminuto, que late mucho más rápido que el de un adulto, seguramente sabrá lo que es el amor y el desamor. Lo que es que no quepa en sí por la dicha de ser correspondido, o que le rompan porque ya no le quieren. E incluso el dolor de tener que tomar la decisión de decirle adiós a alguien. Aquí es donde Cerebro forma una parte de vital importancia, por haber dejado el corazón de la otra persona, hecho una piltrafa...
Hay veces que, por más que Corazón quiera amar, no es suficiente. Cuando el amor es tóxico, Alma se envenena, Corazón llora y Cerebro sufre.
Cerebro grita, avisa, sermonea, psicoanaliza y parece que va a explotar. Duele la cabeza.
Alma se abotarga, palidece y languidece, debilitando al ser que la cobija. Se siente el frío del vacío.
Corazón grita, llora, sufre, sin entender qué está pasando. Se resiste a escuchar a Cerebro. Duele el pecho.
Hay que saber amar y hay que saber soltar lastre, dejar marchar.
Es mejor hacerlo rápido, y por supuesto, es algo que va a doler. No hay anestesia que valga. Pero pasará. Todo pasa.
No es mejor intentar arreglar algo que está roto una y mil veces. Los añicos de este amor son tan pequeños que, prácticamente es polvo molido. Ya no hay llama, solo ceniza.
Como todos, supongo, he sido dejada y he dejado.
Qué te dejen, es un palo enorme. Pero enfrentarte al dilema de dejar a esa persona a la que aún quieres, porque el amor no desaparece de la noche a la mañana, también lo es. Pero ves que la vida en común no va a resultar como la que habías imaginado. Y es que el amor no es tan magnífico como suele creerse. El amor, al principio, es como una droga que no te deja ver lo malo, o lo no tan bueno, de la otra persona. Euforia es lo que sientes. Sobre todo cuando has salido de otra relación y creías que nunca más podrías amar a alguien.
El amor de pareja está demasiado encumbrado por los libros y las películas románticas. En las que nadie suele continuar la historia después de la manida frase de cuento: "Y fueron felices, y comieron perdices".
Como broche final, solo añadir que para amar, primero hay que mimar y cuidar nuestro corazón. Ponerle tiritas al corazón "partío".
Corazón, cerebro y alma, ¿esto me suena de algo? Jeje, buena reflexión sobre el amor. Un abrazo. ☺️
ResponderEliminarOstras!!! Es verdad. Tú relato que abre tu reto de teatro 😅
EliminarPues no lo tenía en mente cuando escribí este, pero ahora que lo comentas, me encanta 🌻
Realmente el amor no surge del corazón, pero si sufre con el desamor. Saludos
ResponderEliminarHola Federico. El ser humano es un sufridor nato.
EliminarAy el Amor, tantas alegrías y sufrimientos... Abrazo
ResponderEliminarGracias y otro abrazo para ti Amaia.
EliminarSin duda muy acertado. Primero ámate a ti mismo y después podrás amar a los demás. Saludos
ResponderEliminarExactamente Nuria, pero a veces uno tarda en darse cuenta de eso.
EliminarY al igual que amamos también odiamos. Solo que lo segundo tiene muy mala prensa y todos dicen: "¡Eso tú; yo no!"
ResponderEliminarLo mejor es no odiar si no ignorar, porque cuando odias a alguien, le estás dando demasiada importancia a quien no la merece.
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