29/09/2022

El libro de Vosuel

Reto: Y el libro se hizo carne
de Libros.com


Arquinos y Arelia estaban muy orgullosos de su hijo Vosuel. Gracias a su esfuerzo y tesón recopilando todos los cuentos y leyendas de la comarca de Darasta, y de las otras comarcas del pequeño país de Bastús. 

No fue fácil. Durante muchos meses, Vosuel fue por las distintas ciudades y aldeas en busca de esas historias que hasta entonces, se iban transmitiendo entre generaciones por tradición oral. Las fue transcribiendo en sus libretas para poder crear el que sería el primer libro de su país, y de su mundo. 

El planeta Hibuxe era muy similar a la Tierra aunque allí el cielo era rosa, el agua verde y la tierra azul. Su tamaño, atmósfera y fuerza de gravedad hacían posible la vida de los humanos provenientes de su cada vez más devastado planeta. 

Uno de esos migrantes espaciales era Johan Gutenberg, descendiente directo del inventor de la imprenta, y de su hijo, quien inventó la tipografía. 

Vosuel y Johan se conocieron en un mercado de víveres, telas y artilugios varios, al punto de cumplirse un año de las andanzas de Vosuel en busca de historias. Johan no pudo resistirse a entablar conversación con aquella persona que buscaba escribir un libro. Se presentó, y tras tomar varios tragos en una cantina del pueblo, los dos hombres, contentos y achispados, estrecharon sus manos tras acordar que imprimirían el libro de Vosuel. Johan sabía cómo hacer una imprenta, y entonces «Leyendas, cuentos e historias de Bastús» vería la luz.

La noticia dio la vuelta al mundo. El primer libro de la historia del planeta Hibuxe estaba disponible y la gente se apuntaba a clases de alfabetización para poder leer el libro, pero también para escribir. 

Hasta entonces, solo la gente adinerada podía hacerlo, pero ahora la cultura estaría más cerca de todos. 

8 comentarios:

  1. Ese planeta tendría que existir, me encantaría leer ese libro.

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    1. Gracias. Qué bien que existan los libros, y qué bien el vivir en un país en el que la enseñanza en un derecho y no un privilegio, y aún así hay personas que no lo aprovechan.

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  2. Espero, y lo digo con mucha seriedad, aunque sea difícil de creer, que esa gente adinerada haga llegar esa cultura a los menos adinerados y que, por supuesto, no sea censurada en favor de lo de siempre. A menudo sueño en un mundo así.

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    1. Yo creo lo siguiente, hay gente inteligente que quiere aprender, y gente necia que no. Y para eso, el dinero ayuda, pero no es determinante. Cuant@ niñ@ ric@ idiotas perdidos hay (pobres también, adultos también).

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  3. ¡Hola, Noelia! Un relato que diría mitológico, por el tono y ese aura de leyenda. Lo que ojalá logre Guttemberg es no solo poner la cultura al alcance de todos, sino de que además no se extinga nuestra seña de distinción: la curiosidad. Porque un mundo sin cultura es malo, pero un mundo que ofrezca cultura y conocimiento pero nadie sienta la curiosidad de probarla es todavía peor. Un abrazo!

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    1. Exactamente David. Hay que ser curioso para aprender. Nunca dejamos de hacerlo aunque vayamos cumpliendo años y comeccionando arrugas.
      Gracias por tu bonito comentario.

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  4. Historia universal... así fue que se creo el mundo... pero llegaran los computadores y volverán a ser analfabetos. Es curioso, la humanidad debería resetearse...

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    1. Quien es neci@ lo seguirá siendo. Creo que es fácil escudarse en ciertas cosas para quitarte la culpa de encima. Ahora tenemos mucho conocimiento al alcance de un click.

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