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de Libros.com
Despu茅s de sobrevolar las pir谩mides de Giza, el motor de la avioneta de Pierre empez贸 a echar humo y perder altura, lo cual le oblig贸 a aterrizar en pleno desierto. Algo aturdido, empez贸 a caminar solamente con la ayuda de un mapa y una br煤jula, pero estaba desorientado. El sol le hac铆a sudar profusamente y su cantimplora estaba casi vac铆a. Su cabeza ard铆a, as铆 que se at贸 una bufanda de lino a modo de turbante.
Estuvo andando durante horas bajo aquel infierno. No sab铆a d贸nde se encontraba y empez贸 a perder la esperanza de ser rescatado. Pero cuando el sol empez贸 a ponerse, a lo lejos, se form贸 ante sus ojos una silueta humana y sin dudarlo, fue hacia ella. Pierre hab铆a estado leyendo El Principito que su amigo Antoine le hab铆a regalado, y debido a la deshidrataci贸n y al cansancio, crey贸 que aquella silueta era la del ni帽o protagonista de dicha historia. Pero result贸 ser una joven arque贸loga de nombre 脡lise, que estaba trabajando en una excavaci贸n cerca de all铆. Al tenerla cerca, los destellos dorados de su pelo corto y rubio adem谩s de su belleza, le encandilaron.
Pierre, aturdido por el golpe y la calurosa traves铆a por las dunas, empez贸 a hablar a 脡lise de sus aventuras y de sus sue帽os de dar la vuelta al mundo sin escalas en su avioneta. Claramente deliraba, pero la mujer no dud贸 en ayudarle, llev谩ndole al campamento donde otras cinco personas aguardaban. Le dieron agua, comida y un colch贸n donde descansar y recuperarse. Pierre, agradecido, empez贸 a hablarles de sus andanzas como experimentado piloto.
脡lise se quedaba absorta con la pasi贸n que transmit铆a Pierre al hablar. Eran muy parecidos, pues ambos amaban hacer lo que hac铆an. 脡l, descubrir lugares volando, y ella excavando. En un momento dado, sus miradas se cruzaron y salt贸 un chispazo que s贸lo ellos notaron.
Al d铆a siguiente Pierre y 脡loisese dirigieron hacia el avi贸n accidentado,
pero no podr铆an arreglarlo hasta pasada una semana.
Durante todo aquel tiempo, Pierre y 脡lise estuvieron la mayor parte del tiempo juntos, cont谩ndose sus vidas y sus anhelos.
Cuando finalmente Pierre pudo irse, empezaron a escribirse cartas y ocasionalmente, tambi茅n hablar por tel茅fono. Mientras Pierre iba volando y explorando el mundo, 脡lise se enfoc贸 en su trabajo como arque贸loga. 脡l sol铆a bromear con ella llam谩ndola su Petite Princesse, por haberla confundido con el ni帽o rubio al conocerse, con lo que se qued贸 con ese cari帽oso sobrenombre.
Tras un a帽o, cansado ya de volar por todo el mundo, Pierre dej贸 su vida n贸mada para casarse con 脡lise en una boda 铆ntima y llena emoci贸n.
El tiempo pas贸 y formaron una bonita familia. Tuvieron tres preciosos hijos, Mireille, Juliette y Roland que, les dieron siete nietos. Incluso llegaron a conocer a dos bisnietos, antes de dejar este mundo terrenal a principios del presente siglo, con tan s贸lo cinco meses de diferencia.
Y as铆 fue como aquellos destellos dorados del cabello de 脡lise dio pie a su eterna historia de amor.
Una bonita historia de amor enlazada con el principito. L谩stima que al autor Antoine de Saint-Exup茅ry no le fuera tam bien el aterrizaje.
ResponderEliminarYa. Muri贸 con tan s贸lo 44 a帽os en uno de sus accidentes.
EliminarBien podr铆a ser una pel铆cula de la factor铆a Disney.;)
ResponderEliminarJajajaja s铆, le puse un poquito demasiado de az煤car 馃槀
EliminarMuy bonita historia 馃槏 Un saludo!!
ResponderEliminarGracias Keren 馃槉馃尰
EliminarQue incre铆ble historia.
ResponderEliminarQue accidente m谩s afortunado, al encontrarse con 脡lise, una bella arque贸loga, que lo ayud贸. Y que result贸 el amor de su vida.
Toda una aventura.
Le tendr铆an que reservar un lugar de lujo para ese avi贸n.
Besos.
Muchas gracias Demiurgo 馃槉
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