¡Buenos días, Claudia!
Pero mujer… cada día estás más guapa y radiante.
¿Qué a dónde voy? me tienes calado ¿eh?
Voy a ver si consigo algo de carne para hacer a la parrilla. No sé, alguna ardilla o pájaro, o aunque sea una lagartija… ya ves que el huerto no da para más.
¿Qué? ¿Qué si podré traerte algo bonito para ti? ¿Un vestido, una pulsera o un perfume?
No sé… No tenía pensado ir a ver tiendas.
A ver, yo necesito comer.
Ya sé que tú con tu dieta nomedalagana, no necesitas más. Pero yo necesito mis calorías. Sino ¿Quién te haría compañía?
Bueno, mi preciosa Claudia. Me voy pero llegaré como siempre, antes de que te des cuenta.
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Hans se abrochó el chaquetón y se aventuró en las solitarias calles de Berlín. Silbando feliz, con su rifle cargado a la espalda, le daba igual que el brote comenzase hace diez años, que el último humano que viese fuera de su casa, hiciese cinco, y que los infectados se hubiesen desintegrado por completo, dos años atrás. Él tenía a su Claudia para él solo.
Caminando en busca de algo para cazar, babeó al ver un pequeño ciervo en medio de la ciudad. Tenía tantas ganas de proteína animal que no se percató de un gran bache en medio del asfalto. La punta de su bota tropezó, con la mala suerte de fracturarse el tobillo. El aullido de Hans rompió el silencio de la vacía urbe.
El cervatillo, corrió asustado y, de entre algunos coches abandonados, salió un imponente ciervo que no dudó en cornearle para proteger al pequeño.
Hans no tuvo tiempo a disparar su rifle. Con la fractura y la cornada, nada podía hacer. Claudia no podía salvarle. Ni siquiera sabía su ubicación.
En la casa, todo parecía estar como siempre. Nada se había movido. Ni el televisor que no funcionaba, ni el sofá o las cortinas. Tampoco el standee, la figura a tamaño real de cartón de Claudia Schiffer, el amor platónico de la adolescencia de Hans, que había encontrado en una de sus incursiones en busca aprovisionamiento.
Hola, Noelia.
ResponderEliminarNo hay mayor Soledad que la de ser el último hombre sobre la tierra. 😉
Me gustan este tipo de distopías, porque, además de mostrarnos un escenario tremendo y desolador, expone las debilidades y fortalezas del propio humano. Ante la superación y la supervivencia, cada uno muestra su propia realidad. Unos se dejan abatir, rendidos a la evidencia; otros, sin embargo, extraen lo mejor de sí mismos y son capaces de rebasar sus límites de resistencia.
Me temía que Claudia no estuviera viva, aunque yo me había imaginado una imagen más grotesca. 😅😂
Parece un final demoledor, pero... ¿Y si aparece una Claudia de carnes, huesos, curvas y sonrisa traviesa? En mi continuación mental, sí. 😝
Felicidades y muchas gracias por aportar este relato para el VadeReto.
Abrazo grande.
Hola 😊
EliminarPuedes imaginar la continuación que más gustes.
Me he basado en las películas de Tom Hanks «Náufrago», y de Will Smith «Soy Leyenda» para crear este relato.
Hola Noelia, qué putada, esa caída de la manera más ridícula, claro que luego el ciervo lo arregló con la embestida. Qué triste ser el último hombre de la tierra y que solo te acompañe un póster. Un relato genial. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria. Así es. La vida se puede ir de la manera más tonta.
EliminarMuy impactante, Noelia. Tremenda la situación de este pobre personaje e inimaginable su soledad. Un relato genial.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta 🌻
EliminarLa supervivencia en tiempos de post apocalipsis es una experiencia de lucha diaria por seguir un día más en "pie" en ese perdido mundo, y el menor "traspie" puede suponer la muerte, sin más ni más. El personaje de Claudia no puede ser más indiferente o superfluo en apariencia, pero aparte del póster de la Schiffer es lo único que tiene el pobre Hans para servirle de interlocutor.
ResponderEliminarMuy buena aportación, Noelia.Felicidades.
Muchas gracias, Marcos.
EliminarAyer fui al Lidl de mi ciudad y en la puerta había puesto un Carlos Arguiñano de cartón. Me hizo pensar en el pobre protagonista de esta historia. El cerebro intenta no volverse loco a base de locuras.
Muy buen relato Noelia. La soledad con la que ha debido lidiar el personaje, tras la llegada de los zombies, ha tenido que ser aplastante.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Rocío 🌷
EliminarRealmente me sorprendiste con la Claudia, pensé que sería una mujer real y no una fotografía de cartón de una modelo.
ResponderEliminarMuy buena historia futurista.
Saludos.
PATRIICIA F.
Gracias, Patricia. Es un poco entre las películas «Soy Leyenda» y «Náufrago». Más que futurista, es apocalíptica 😅
EliminarPobre Hans ¿Que fabricará su mente ahora que no puede moverse? Claudia no podría salvarle, ni aunque conociese su ubicación. No hay nadie que pueda hacerlo. Eso sí que es soledad.
ResponderEliminarMuy buen relato.
M. Cristina
Hola, Cristina.
EliminarPuedes imaginarle el final que quieras.
En mi mente escritora, Hans muere solo, desangrado. Pues está solo aunque su psique le distrajera con la Claudia de cartón.
Es el problema de las modelos idealizadas, en forma de figuras de cartón, No pueden ayudar a sus fans.
ResponderEliminarLo que habría intentado hacer la verdadera Claudia Schiffer, de haber estado con él. Incluso, ella le habría aconsejado, sin duda, no ser tan impulsivo. Fijarse por donde pisa.
Pero sospecho que está en otro refugio, resistiendo zombies o siendo parte de un grupo en busca de un nuevo comienzo.
Buen giro argumental el del relato. Besos.
Hola, Demiurgo. En esta hipotética historia, la modelo de carne y hueso no existiría. Y ninguna figura de cartón puede ayudar 😅
EliminarEl peligro puede venir de otras cosas que no son los zombies. Saludos
ResponderEliminarExactamente. Gracias 🌻
EliminarUn relato muy bueno, por un momento pensé que Claudia iba a ser un zombie sobreviviente jejeje pero qué mejor que Claudia Schiffer. Mala suerte la de Hans. Me gusta la forma en la que has tocado el tema propuesto. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana 🤗
Eliminarinteresante que pueda uno cazar en pleno casco urbano, como parte de una catastrofe post-apocaliptica
ResponderEliminarHola, José. Pues sí. Hay una hipótesis sobre qué pasaría si desaparecieran los humanos de la Tierra.
EliminarBuen texto, una distopía que da mucho qué pensar sobre la soledad más absoluta...Un abrazo!
ResponderEliminarGracias y otro abrazo para ti 🙏
EliminarPufff, qué impacto tiene tu relato. Genial definición de soledad y de cómo a veces el ser humano se inventa "amigos imaginarios" para superarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Mercedes.
EliminarEl cerebro humano intenta que no nos volvamos locos utilizando "locuras" como mecanismo de defensa y/o supervicencia.
Hola Noelia.
ResponderEliminar¡Muy impactante tu distopía! Ser el último hombre de la tierra y que sólo tengas como compañía un triste póster, es tristísimo. Pero el personaje lo toma con toda la calma del mundo, y eso es lo importante. ¡Buen aporte al reto!
Un abrazo.
Muchas gracias!! 💐
EliminarMuy bueno, gracias. Un saludo!!!!
ResponderEliminarGracias a ti, Keren 🌻
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