03/09/2023

Black Annie

Reto: Equinoccio de otoño
de Libros.com


«¡Corre, insensato! Que el sol ha empezado a ponerse ya. Coge a tu niña y ponla a dormir bien cubierta y calentita bajo su edredón, y no te olvides de cerrar las ventanas y las puertas con todos sus cerrojos y pestillos echados. Que tampoco se te escape el detalle de dejar un círculo de sal rodeando su cama para que yo no pueda acercarme a ella. A esa preciosa niñita de cabellos dorados. 
¡JA! Me río en tu estúpida cara. ¿Tú sabías que yo no voy a venir hoy? ¿De verdad que no? ¿Estás sorprendido? Pues verás, monigote. no puedo venir porque simplemente, SIEMPRE he estado aquí. Al acecho.
Esperando a que se despierte porque tiene ganas de hacer pipí, o puede que quiera bajar a la cocina a por un vaso de agua. O a lo mejor, se aventure a adentrarse en la lúgubre oscuridad del largo pasillo hasta llegar a ti y a su madre porque ha tenido un mal sueño, buscando el refugio y protección de sus papás. Pero yo la agarraré y la llevaré a mi cueva en Dane Hills, continuando con la propagación de mi propia leyenda por todo Leicestershire.
Me llevaré a esa tierna criatura que tienes durmiendo en el piso de arriba tan plácidamente para beberme su sangre, comerme su tierna carne y hacerme finalmente con su piel, una nueva falda para mi guardarropa...»

Simon se despertó sobresaltado por aquel terrible mal sueño. Su primer pensamiento fue para su pequeña Margot, así que se dirigió al piso de arriba y fue directo a la habitación de la niña, pero su cama se encontraba vacía. Entonces, atravesó el pasillo para ir a su propio dormitorio. Se tranquilizó. Margot y su madre dormían plácidamente. Madeleine rodeaba a su hija en un protector abrazo...
¡Un momento! —pensó entonces Simon—. Esa no es mi Madeleine... ¡Saca tus negras zarpas y aleja tus podridos dientes de mi precioso ángel!
Simon, cegado y atormentado por la visión de Black Annis queriendo arrebatarle lo más preciado que poseía en la vida, se dirigió al armario empotrado que había en el mismo pasillo de fuera. Cogió el hacha de cortar leña, y sin mediar palabra, la blandió una, otra y otra vez, hasta que por fin dio muerte a la inefable bruja, quedando cubierto de pies a cabeza por la espesa sangre de aquel monstruoso ser. Tremendamente agotado, Simon cayó dormido de nuevo.
Eran las diez de la mañana cuando Matilda Mulligan entró a la casa ante la falta de respuesta por parte de los señores Sheran. Habían acordado que aquel día se llevaría a la niña a casa de su sobrina Elise para que pudiera jugar con ella, pues las dos tenían cuatro años y los niños no abundaban por aquella zona.
Matilda abrió la puerta con su propia llave al ver que los Sheran no respondían al timbre. Esperaba que no se hubieran olvidado de lo acordado. Habían pasado todo el verano allí y septiembre ya había llegado. Y por lo que Simon le había comentado personalmente, no tenían previsto dejar la casa hasta pasada Navidad.
Margot, parada en medio de las escaleras de roble, tenía su camisón ensangrentado e iba descalza, aferrándose a su conejito de peluche, aturdida y llorosa. La mujer corrió hacia ella y abrazó con ternura, tratando de calmarla y protegerla de lo que hubiera ocurrido.
Al avanzar por el pasillo y llegar hacia la habitación de los padres de Margot, Matilda se detuvo en seco al descubrir a Simon y a Madeleine, muertos. Madeleine había sido brutalmente asesinada a hachazos. La cama estaba cubierta de sangre y el hacha yacía cerca del cuerpo de Simon. Los ojos del hombre reflejaban el terror que había experimentado. Cosas terribles que sólo él pudo sufrir en su mente.
La niña fue llevada a una institución de Londres donde pronto encontró una familia de adopción, y pareció olvidar lo acontecido aquella aciaga noche, precisamente por su corta edad.
El pequeño pueblo quedó conmocionado por tan trágica historia y los rumores empezaron a correr como la pólvora. Todos creían que lo que les ocurrió a los Sheran tenía una conexión siniestra con la obra en la que Simon estaba trabajando. Su obsesión por escribir un antiguo diario que relataba rituales oscuros y entidades que despertaban durante una fecha concreta, había desencadenado todo aquello.
Lo que Simon no sabía era que al profundizar sobre aquellas entidades malignas, había abierto sin querer, una puerta a lo desconocido. La investigación que siguió a todo el trágico suceso, reveló la inquietante relación entre la escritura de Simon y la pesadilla que había invadido su vida.
El pueblo ahora se enfrentaba a un oscuro y aterrador misterio, donde todo escapaba de la razón y la lógica.
Por su parte, Matilda Mulligan, cerró la casa a cal y canto. Incluso mandó tapiar puertas y ventanas para que no pudiera ser ocupada y jamás volvió a alquilarla. Ni tan siquiera se atrevió a venderla, por mucho que aquello pudiera ocasionarle alguna pérdida de dinero.

4 comentarios:

  1. Pensé que Matilda adoptaría a Margot, teniendo una hija de la misma edad, para que crecieran como hermanas. Pero tal vez no era posible legalmente o tal vez quería estar lejos de la sobreviente de esa casa, donde entró el terror.
    Por lo de la falda, sospecho que el monstruo era femenino. De existir y no ser algo imaginado por Simon.
    Efectivamente terrorífico. Besos.

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    1. Sí. Gracias, Demiurgo.
      Black Annie es una bruja inglesa, figura que asusta a los niños que no duermen pornla noche.

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  2. Terrible y sobrecogedor. Lo has contado tan bien que te atrapa en ese ambiente de terror y sangre.
    Un beso!

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    1. Muchas gracias!!!
      Me alegra que te haya gustado esta terrorífica historia 🤗🌻

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