- Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daños.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le den los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que está protección no entre en conflicto con la Segunda Ley.
Como el 99,99 por ciento de la población mundial, la pareja era completamente estéril por un virus que se había propagado rápidamente en la década de los noventa del siglo XXI. Ahora, en el año 2112, tener un hijo propio era una utopía. Ni tan siquiera los más novedosos tratamientos de fertilidad habían podido plantar cara a dicho virus.
A su vez, el mundo de los androides causaba furor. Era muy difícil distinguir si realmente se estaba ante un ser vivo o un robot. Así que, ante la imposibilidad de tener descendencia, muchos humanos obtuvieron una o varias de estas angelicales criaturas a la carta, eligiendo su apariencia física, así como su carácter y personalidad.
Roxana había preparado la mesa para la cena de Nochevieja tal y como Úrsula le había encomendado. A decir verdad, la mujer se sorprendía con la rapidez y eficiencia con las que Roxana lo hacía todo. Para ella era una niña, su niña. Cada vez le costaba más ver que, en realidad Roxana R6NFR18 era un cyborg programado para ser una criatura obediente y adorable, incapaz de hacer daño a una mosca. Pero parecía tan real, que Úrsula y su marido Martín, se la quedaban mirando embobados muchas veces mientras jugaba con los tres perros de la casa. Simplemente, la niña androide estaba programada para ser amable, noble y bondadosa. Era demasiado perfecto. Nunca se enfadaba, jamás llevaba la contraria. No había problema para que se fuera a la cama por la noche o se levantara por la mañana. En casa de los Hernández-Bueno jamás había una voz más alta que la otra, ni llantos, ni desobediencias o reticencias para hacer cualquier tarea.
—¡Todo tiene una pinta excelente, mamá!
—¡Ay, hija! Me has asustado. No me hables de repente por la espalda, que no te veo y me sobresalto —dijo Úrsula mientras terminaba de emplatar las vieiras al vino blanco.
—De acuerdo mamá. No volverá a pasar —respondió Roxana poniendo en su cara la sonrisa que tanto le gustaba a su mamá.
A los quince minutos llegó Martín del trabajo que fue directo a la ducha a prepararse para la celebración. Había pasado los dos últimos días encontrándose fatal y tenía mala cara. Quería espabilarse un poco. Una hora después, empezaron a llegar los demás comensales: Antonio y Marisa, los padres de Martín. Miguel, el viudo padre de Úrsula, junto a su otra hija Rebeca y el marido de ésta, Gabriel. En total, siete personas además de Roxana.
Nada más sentarse a la mesa, todo el mundo se dio cuenta de lo mal que se veía Martín. Entonces, unas pústulas que iban del amarillo al verde empezaron a brotar y a explotar antes de terminar el segundo plato y un olor nauseabundo lo inundó todo. Las cosas ocurrieron demasiado rápido como para poder asimilarlo. Martín cayó al suelo entre temblores y una espuma blanca saliendo de su boca y, aunque Roxana sacó a relucir todo sobre primeros auxilios que sabía, el hombre murió. Todos se miraron horrorizados durante unos segundos sin articular palabra, hasta que una Úrsula fuera de sí, se lanzó sobre el cuerpo de su marido gritando su nombre. Roxana intentó consolarla. Como robot, no podía permitir que un humano sufriera, ya fuera por dolor físico o emocional. Había sido también programada para ello, pero no contaba con que en un momento dado Martín resucitara y de un bocado, le arrancara la nariz a su esposa. A partir de ese momento, el caos se apoderó de la estancia. Roxana no sabía qué hacer por primera vez en su existencia. No podía dejar que su madre fuera atacada por su padre, pero tampoco podía atacar a su padre.
Muchas gracias, delaFlor, por participar en la 34ª edición del concurso de relatos de El Tintero de oro, homenaje a Philip K. Dick.
ResponderEliminar¡Un abrazo y mucha suerte!
Gracias a ti Pepe, y a todos los que hacéis esto posible en el Tintero de Oro.
EliminarAndroides heredando el mundo, por culpa de un virus de muertos vivos.
ResponderEliminarMe gusta lo de las Tres leyes de la robótica en una convocatoria en homenaje a Philip Dick.
Un abrazo.
Muchas gracias Demiurgo.
EliminarAsí se entiende porqué Roxana no ayuda a su madre, y es que no puede atacar a su padre...
¡Hola delaFlor! Una historia muy buena, cuyo final bien podría ser el principio de otra, en la que los androides, diseñados para complacer humanos, deben de aprender a vivir solos... Me gustó mucho la idea de que fueron creados como solución a un problema, quizás generado por la propia humanidad, y terminaron encontrándose otra realidad, a saber por qué nuevo virus... En pocas palabras, muestras lo cambiante que puede llegar a ser la vida. ¡Un saludo y suerte en el Tintero!
ResponderEliminarGracias Ulises.
EliminarEs una crítica al tipo de sociedad egocéntrica y caprichosa 🤗
¡Menudo giro final! Una historia amable al comienzo que se vuelve aterradora y trepidante conforme avanza. Me ha gustado mucho también el homenaje a Asimov. Muy buen relato, Delaflor. Mucha suerte.
ResponderEliminarGracias Marta. Quería hacer un androide "amable" y el giro no quería que fuera hacia que la robot-niña fuera "mala".
EliminarInteresante desde el comienzo. Impactante ese giro zombi... y el final perfecto, natural desenlace de una humanidad infértil y enferma que acaba devorándose unos a otros. Buen trabajo!
ResponderEliminarUn abrazo y suerte!
Muchísimas gracias por tu análisis Maite.
EliminarYa te digo, que si los androides que se quedan habitando el mundo son más amables y considerados que ciertos seres humanos, me quedo con los androides y que se extingan los primeros ellos solitos.
ResponderEliminarBuena historia, muy apocalíptica.
Abrazo.
Gracias Antonio.
EliminarLas máquinas son perfectas mientras funcionen como tienen que funcionar 😊
Hemos coincidido un pelín en el tema del 99%. Supongo que alguno más habrá.
ResponderEliminarEl giro zombi es sorprendente, aunque con el nombre de tu blog no debería serlo.
Me gusta todo el desarrollo con el conflicto de ña chicarobot, su saturación y su huida. También el detalle de la reunión de robóticas en la escuela me parece muy originsl y bien vista. La acción se precipita un poco al final debido al miedo a quedarse sin espacio, por la limitación de palabras.
Suerte en el concurso
Abrazo, Dela
Gracias por comentar Gabiliante, siento que creas que el final es precipitado.
EliminarSorprendente la aparición final de los zombies! Intuía que el final sería el mismo, pero no me los esperaba para nada! Ja, ja! Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias Marifelita!!!
Eliminar¡Impactante ese giro zombi al final! El desenlace de una humanidad infértil y enferma, que acaba devorándose unos a otros, me parece extrañamente natural.
ResponderEliminarUn abrazo y ¡Suerte delaFlor!
Pues muchas gracias Trujamán 🤗
EliminarExcelente y tremendo, abriendo la puerta a un futuro que los seres humanos podemos perder en un mar de infinitos egoísmos, Muy buena la cita de Asimov. Mueve toda la historia. Suerte y un abrazo.
ResponderEliminarGracias Juana.
EliminarLa cita la puse para despistar al principio. Para hacer creer que Roxana no era tan buena o tan perfecta 😅
Un relato estupendo, delaFlor. Me ha gustado desde el principio al sorprendente final. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Carmen
EliminarHola Delaflor: un relato muy bueno, bien contado y que fluye. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ainhoa.
EliminarTremendo, delaFlor. Me ha evocado una película recientemente vista, Silent Night, también tremenda. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Guille. No sabía de esa película, tendré que verla.
EliminarBuen relato, DelaFlor, tremendo el giro zombi en mitad de la historia que comienzas con las leyes roboticas de Asimov, no me lo esperaba. El relato apocalíptico me ha resultado entretenido, con un final de los rápidos y sin esperanza alguna para la sociedad humana. Una sociedad robótica será la heredera de nuestros desmanes. Buen trabajo.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, un abrazo.
Muchas gracias Carles.
EliminarMe encanta que a la gente le sorprenda ese giro zombi final.
Zombies y robots conviviendo, eso sí que es el caos, je, je. Si la humanidad acabara extinguiéndose y los androides ocuparan su lugar en la tierra, probablemente la sociedad que crearían sería como el mundo feliz de Aldous Huxley. Lo único que deberían resolver es la forma de reproducirse, pero quién sabe si en un futuro lejano esto también será posible.
ResponderEliminarUn relato muy interesante, DelaFlor.
Un abrazo.
Muchas gracias Josep Mª.
EliminarTal y como va el mundo, quién sabe.
Hola DelaFlor, estupendo ese ritmo de tu historia, te engancha y no te digo el giro final. Voy por partes ¿Porqué será que todos los relatos futuristas tienen algo que puede ser real en un tiempo por llegar? A mi me lo parece. Una vez visto lo visto con un ataque viral.lo de la esterilidad (¿conoces le cuento de la criada? te recomiendo la serie) no es nada descabellado. Niños ciborg como opción, bueno la única al parecer. Al comienzo pensé en la muñeca diabólica según nos sumergías en la historia, demasiado angelical y dulce (será mi mente retorcida) y poco a poco nos llevas a ¡zombies! Pobre ciyborg, huérfana de padres zombies. Todo puede ocurrir... Genial. Un abrazo
ResponderEliminarHola Emerencia.
EliminarCreíste algo que al principio quise que creyeras, tipo robot que se rebela contra sus "dueños". Pero no. No quise que el androide fuera el malo.
Hola DelaFlor. Asimov es un referente en la ciencia ficción y en particular con las historias de robots, y sus tres leyes todavía hoy son la base de muchos relatos y películas. En tu relato has sabido sacarle partido a esas leyes de la robótica, poniendo a la robot protagonista ante el dilema de proteger o agredir a un ser humano, derivando ello de la inacción que termina por propiciar que las máquinas terminen controlando el mundo. Buena y curiosa idea de aunar los robots con los zombies. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge.
EliminarTenía claro que iba a ser al menos una niña robot, y no quería que fuese mala. Y quise mezclarlo con zombis, ya que hacía algo de tiempo que no había escrito sobre ellos 😊
Hola DelaFlor, muy imaginativa la mezcla, zombis, humanos y androides robotizados. Las tres leyes es ingenioso. No esperaba el final que me ha sorprendido gratamente. Me ha gustado mucho. Como siempre un placer leerte. Abrazos y suerte
ResponderEliminarGracias Nuria.
EliminarLas historias que escribo, cuanto menos las piense, casi que mejor 🤗
Hola delaflor, de nuevo con leyendo un relato tuyo, compañera.
ResponderEliminarEs terrible lo de poder elegir un “niño” a la carta, en la vida real teóricamente no se les permite a los posibles papás elegir al niño o niña, los no agraciados no serían escogidos nunc, aunque quien hizo la ley, hizo la trampa.
Sobre Rosana, era una niña androide, y pese a que la perfección no existe, Roxana era perfecta, demasiado. Lo que me ha parecido más interesante de tu historia es que los pequeños androides se consideraban a sí mismos, niños huérfanos.
Hola Tara, pues sí, otra convocatoria más
EliminarEs que estos androides estaban hechos para ser hijos, por eso se sentían huérfanos. A mí lo que me aterra son los padres que "enchufan" el móvil o la tablet en un restaurante para que niños de incluso menos de dos años, estén tranquilos durante la comida. Y esto oasa aunque los niños estén tranquilos desde el principio. Saturación de videos, música y pantallas desde bien pequeños.
Muy buena historia, esa carita de niña preciosa, realmente te hace ilusionar aunque sea un robot, pero qué final, totalmente sorprendente, muy buena historia, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Buscando muñecas realistas, que me dan in poco de repelús, para qué negarlo, encontré la foto.
EliminarMuchas gracias Patricia.
¡Vaya! ¡Qué bueno! Muy original. En esta ocasión va a ser difícil puntuar los relatos, todos los que he leído están buenísimos. Suerte en El Tintero.
ResponderEliminarPues muchas gracias Ana.
EliminarLa verdad es que es muy complicado puntuar.
Es que estos robots les falto una ley... la Ley Cero.....
ResponderEliminares una lastima los viejos modelos no la tenian implantada y por eso pasan estas cosas
Oh!! Muchas gracias Jose.
EliminarComo tengo la idea de ampliar este relato para otro relato, incorporaré esta Ley 0 que desconocía.
"Un robot no puede causar daño a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño".
Bueno, bueno. Tu giro con los zombis no me lo esperaba, a pesar del nombre del blog... pero me ha parecido una gran idea. Y también la de que los humanos se extinguieran a sí mismos. Creo que así acabará siendo. Ni cyborgs ni otras máquinas, nos bastamos solitos para terminar con nosotros mismos.
ResponderEliminarUn gran relato. Suerte con el concurso. Un beso.
Muchas gracias MJ.
EliminarY si fuesen los cyborgs los que pudiesen acabar con la humanidad, no debemos olvidar, que el ser humano lo hizo posible.
¡Hola, de la Flor! Muy original tu propia versión de las historias basadas en las leyes de la robótica de Isaac Asimov. Curiosamente, el celo de la niña-robot (y del resto de sus congéneres) en cuanto al cumplimiento de dichas leyes se convierte en el mejor aliado para los virus que acarrean la extinción de la humanidad. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Beri!!
EliminarHola, excelente y original esta simbiosis de apocalipsis zombi y hegemonía de las maquinas que han alimentado a decenas de peliculas, novelas y juegos de video... me ha encantado y la he devorado con especial satisfacción... saludos
ResponderEliminarPues muchas gracias Octavio 🤗
EliminarHola, delaFlor. Vaya susto me has pegado con Martín por el suelo muriéndose y convirtiéndose en zombi. Todo había empezado lleno de felicidad y, en un momento, la vida idílica se derrumba. Puede que sea así como cuentas el siglo próximo, todos estériles por culpa de nuestros errores, pero la suerte es que no estaré para comprobarlo. Me ha gustado el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Isan, pues sí. No estaremos, pero lo he puesto en un futuro cercano para sentirlo como ni imposible del todo.
EliminarLo que en principio parecía un relato amable , se ha convertido , con el giro final , en una pesadilla. Interesante la mezcla de androides y zombis.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Saludos.
Gracias Pedro. Me alegra mucho que te haya impactado este relato. Mucha suerte a ti también.
EliminarMe encantó. Al final, los robot terminaron siendo los últimos "humanos" que quedaron en la Tierra.
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Un saludo.
Pues sí Cynthia.
EliminarMuchas gracias e igualmente.
Hola, delaFlor. Qué interesante relato zombi mis has regalado. También los he trabajado alguna vez y sé que no es fácil. El mundo queda para los robots, unos robots con forma de niño que no saben qué hacer con su vida.
ResponderEliminarUn trabajo fenomenal. Felicidades.
Muchas gracias Bruno. Me alegra que te haya gustado.
EliminarHola delaFlor, me gustó mucho tu relato. El giro zombie es sorprendente! El mundo queda en manos de esos niños robot, no sabemos cuánto puede durar ya que están hechos para obedecer!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Mirna. Un futuro desesperanzador para la humanidad es lo que se puede entrever con el final del relato.
Eliminar¡Hola delaFlor! Tremendo relato con robots y Zombies en un mismo pack. Irónico que al final sean los robots los que se queden con la tierra por culpa de un virus que convierte a todos menos a ellos en muertos vivientes. Genial la idea de la esterilidad y que recurran a robots para suplir sus ansias de ser padres. Un saludo.
ResponderEliminarPues muchas gracias Rocío 🌹🤗
Eliminar¡Qué bueno, Noelia!
ResponderEliminarHas pasado de los androides a los zombies sin que les den tiempo a llegar a los postres. 😅😂
Después de la pandemia, solo puedo decir que, temerosamente profético. 🤞🏼🤞🏼🤞🏼
Eso sí, a mí, con la niña de la foto del inicio, se me han puesto los vellos como los pelos de los Trolls Kawaii. Me ha recordado a unas muñecas que tenía mi hermana que me hicieron no entrar en su habitación ni con escolta. Parecía que te miraban de verdad. ¡Qué mieo me daban, maremía!
Enhorabuena por el relato.
Un Abrazo y Felices Fiestas. 🍾🥂🍸
Hola, acervolense José Antonio.
EliminarEse tipo de muñecas tampoco me gustan. Aunque intenté escoger una foto bastante realista de una muñeca. Los que dan miedto son los muñecos reborn, que parecen directamente bebés muertos.
Felices fiestas a ti también
🎅🏻🍻🤶🏻
Hola, delaFlor. Una cena por todo lo alto. Ya avisas con lo del virus, pero su última mutación en zombis es súper. Los huérfanos, literalmente, de la humanidad serán los que queden y por su programación mantengan todo en orden y funcionando siendo las células de un autómata estelar llamado Tierra.
ResponderEliminarSaludos y suerte. 🎄🎅🖐️
Muchas gracias JM
EliminarGracias e igualmente 🎅🏻✴️🤶🏻
Una propuesta interesante y cargada de elementos dignos de ser analizados. Estas leyes para androides o robot deberían de aplicarse a los hombres, que destruyen su propia especie. Abrazos virtuales desde Venezuela.
ResponderEliminarHola Raquel.
EliminarQué razón tienes... A la pregunta ¿a qué animal temes más? Alguien puede responder, a las serpiententes, a los jaguares, a los toros o a los cocodrilos, por ejemplo. Con certeza puedo decir: al animal de mi misma especie.
Esa niña tan obediente hace que la casa sea un aburrimiento se nota que no es humana ji ji ji.
ResponderEliminarEl desarrollo de toda la historia es muy buena.
Ese final con los androides persiguiendo a los humanos sorprende.
Un abrazo de la Flor y suerte en el concurso
Puri
Hola Puri.
EliminarPor suerte o por desgracia (entiéndeme porfa) mi hija es de carne y hueso con las alegrías y quebraderos que me da a la vez. Dieciséis años de montaña rusa emocional.
Un relato impactante y muy original, delaFlor. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
Pues muchas gracias e igualmente, Estrella.
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