Isaac iba meneando las llaves desde que entró en el portal hasta que subió a su casa en el segundo piso. Llevaba una bolsa negra con un logo dorado y tipografía muy elegante. Venía sonriendo ampliamente y mientras se quitaba los náuticos para ponerse las pantuflas, gritó:
—¡Romu! ¡Romu! ¡Mira lo que he traído para ti.
Pero nadie contestó. Así que cruzando el largo pasillo de aquel piso del centro de Madrid, volvió a gritar.
—¡Romualdooooooo! ¿Se puede saber dónde estás?
—Ajíiii. ¿Je jieres?
Romualdo le contestó entrando por la puerta del balcón y quitándose la pinza que tenía en la boca. Le había pillado con la colada a medio tender.
—Deja lo que estés haciendo, Romu. Han abierto un nuevo bazar y he…
—No me digas más, Isaac. No me digas más. Ya has sucumbido a comprarte una copia del nuevo muñequito de moda.
—No, hombre. Tú eres zurdo.
—¿?
—Que sí. Que el nuevo bazar es para gente como tú.
—¿Zurdos?
—Exactamente, amor. Y te he comprado tres cosas.
Isaac sacó de la bolsa del Zurdic World un bolígrafo, una libreta y una camiseta negra con el símbolo de la paz en blanco.
Romualdo examinó los objetos y tras haberlos estudiado muy bien puso los ojos en blanco, suspiró y cogió la cara de Isaac para darle un beso. Quería mucho a su marido, era un caso perdido pero era una persona amable y buena. Nada de lo que le había comprado era específicamente para gente con la dominancia del hemisferio cerebral derecho. Le habían timado, por así decirlo, pero él sintió todo su amor al haberse parado en aquel lugar y pensar en él para comprarle tres cosas que sabía le iban a gustar.
—Eso significa que te ha gustado ¿no, cariño?
—Significa que te quiero mucho y que no te gastes el dinero nunca más en esa tienda. ¿De acuerdo? Y ahora ve a preparar la comida mientras yo termino de tender la ropa.
Es cierto que en occidente abundamos los diestros, así que se complica encontrar artículos específicos para zurdos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato tan contemporáneo y tan natural.
Un abrazo.
Muchas gracias 🌻
EliminarLa verdad es que la escena me vino como un rayo mezclando cosas de mi día a día con el de otras personas, y otras simplemente inventadas.
Pensé que era negocio como el de Ned Flanders, un zurdo, en Los Simpsons.
ResponderEliminarPero parece que le sacan el dinero a incautos con buenas intenciones.
Besos.
Síiiii. Me basé en esa historia de Flanders. Personalmente, poquísima gente zurda conozco.
EliminarEl relato juega con una ironía deliciosa: el bazar especializado resulta ser completamente prescindible, porque el verdadero lenguaje del amor no necesita objetos específicos, sino atención genuina. La escena final, donde Romualdo manda a Isaac a cocinar con naturalidad, retrata a la perfección la cotidianidad de una relación que ha aprendido a quererse con sus limitaciones y sus virtudes, y que a veces los regalos más imperfectos pueden contener el amor más perfecto. Isaac no necesitaba acertar con la tienda para zurdos - solo necesitaba recordar a su marido durante el día. Y eso, al final, es lo único que realmente cuenta. Abrazos desde Venezuela
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu bello comentario y entender el relato a la perfección. Se me ocurrió así, una escena cotidiana algo estrambótica con una pareja de hombres con sus roles definidos: el alocado y divertido Isaac, y el serio Romualdo.
EliminarMe encanta, Noelia.
ResponderEliminarPorque la realidad es cruel, pero al amor, inocente e ingenuo, lo supera mil veces. Aunque compres el regalo equivocado, la pareja comprensiva lo acepta desde la atención y dedicación. Cuan importante es acordarse del otro en la cotidianidad, más allá de las festividades importantes.
¡Precioso!
Muchas gracias por aportar al VadeReto un regalo tan sutil y delicado con un mensaje tan bonito.
Abrazo Grande.
Gracias a ti, José Antonio por tu hogareño blog que siempre nos recibe 🌻
EliminarEl relato es muy bello: transpira Complicidad y Amor. El mejor regalo de los cuatro, sin duda, fue la vuelta de Isaac a casa. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por aquí.
EliminarCreo que es la primera vez que te asomas, corrígeme si no es así. Me pasa una cosa rara con tu blog: solo me sale tu última entrada. Para las demás, tengo que ir con el enlace directo a ellas.
Bueno, creo que alguna otra vez sí que pasé por aquí, pero quizás sea la primera que dejo huella... Con respecto a mi Blog, tienes razón. Lo he tenido bastante años abandonado y cuando lo he vuelto a retomar ahora me he encontrado ese problema... Y he tenido que cambiar la plantilla por otra nueva para solventarlo. Saludos!
EliminarHola Noelia. Tu contribución a este Vadereto destila amor y humor cotidiano. La escena de Isaac entrando entusiasmado con su bolsa de “Zurdic World” y Romualdo con la pinza en la boca es muy visual y cálida. El malentendido sobre los regalos “para zurdos” es un toque genial que muestra la inocencia y el cariño de Isaac, mientras que la reacción de Romualdo, con su suspiro y beso, refleja una complicidad adorable. El diálogo fluye natural, y detalles como las llaves o la colada le dan autenticidad. Me sacó una sonrisa, y el mensaje sobre el amor en las pequeñas cosas es muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu bonito análisis y comentario, Marcos.
EliminarOtro abrazo para ti.
Hola Noelia. Me gustó mucho tu relato sobre todo por lo natural que resulta. El amor es así, caprichoso, inocente, cómplice...La historia resulta creíble porque sus personajes hablan como haríamos nosotros mismos. Enhorabuena! Saludos!
ResponderEliminarMuchas, gracias, Lady_p 🌻
EliminarHola Noelia, me gusta mucho tu propuesta con esa tierna pareja que se preocupan el uno por el otro. Me encantó la actitud de Romualdo, que a pesar de no servirle las cosas compradas en el bazar, reacciona de una forma muy buena. Un gran aporte para el Vadereto. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana 🌷
EliminarHola Noelia
ResponderEliminarUna vez más, los avispados de siempre han cazado a un inocente para timarle. ¡Pero qué importa! En este caso, el amor es muchísimo más fuerte que cualquier intención fraudulenta y la alegría de la pareja convierte a los tres objetos elegidos en ¡productos especialmente fabricados para zurdos!
Me gustó tu relato. Un abrazo
Marlen
Muchas gracias, Marlen.
EliminarSí. Es muy gratificante escribir cosas ligeras y positivas de vez en cuando.
Hola, Noelia, sí, cosas para zurdos eran, no hay duda, pero también para diestros, jajajaja. ¡Qué paciencia la de la mujer!
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Ja, ja, ja. Gracias, Merche, pero es una pareja de dos chicos. No concebía la historia de otra forma aunque puede adaptarse a cualquier tipo de pareja (homos, heteros, cualquier raza e incluso cualquier parentesco cambiando algún pequeño detalle).
EliminarMe ha gustado mucho el relato, me quedo con la historia de amor cotidiano, que me parece enternecedora. Lo de la tienda de zurdos me parece una buena anécdota.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Luferura. Me parece que no sé quién eres. Un placer tenerte por aquí.
EliminarMira, para escribir historias me baso en lo que vivo, en lo que veo y en lo que me cuentan, aderezado con imaginación.