Imagen de: Alex Russell Flint |
VadeReto de Junio 2023
Viernes, 2 de Junio
¡Ay, Diario! ¡Por fin es viernes!
Estoy molida por tanta carga de trabajo. Me he encontrado con don Carlos que me ha dicho que yo soy la luz del edificio, aunque esté cansada. Que soy la juventud en un bloque en el que todos los demás vecinos pasan de los sesenta y tantos... Me ha sacado una sonrisa.
¿Dónde estaré dentro de unos años? No podré vivir aquí de alquiler por mucho tiempo, el lugar se cae a pedazos y mis vecinos... Pues llegará un día en el que ya no estén aquí.
Bueno. No voy a escribir más, porque me pongo triste, y es lo último que quiero un viernes por la noche.
Sábado, 3 de Junio
¡Uf! Me ha llamado Romina para salir y festejar los cumpleaños de Carla y Belén, pero he tenido que decir que no, pues creo que he pillado una gripe de las que a mí me dan. Fiebre alta, escalofríos, y como si me hubiesen dado una paliza desde el interior de mi cuerpo.
Al rato, me llamó al telefonillo y me asomé a la ventana. No la hice subir porque no quiero pegarle nada. Ya me contarán cómo fue la fiesta, y el finde que viene, pues hacemos algo. Que siempre hay tiempo para la juerga.
Así que nada: paracetamol y agua, caldito y zumos y a pasar el trámite. Aún tengo todo el domingo para mejorar y encarar la nueva semana.
Domingo, 4 de Junio
Anoche ni la televisión quise ver, Diario. A las nueve ya estaba completamente dormida, y he dormido unas dieciséis horas. Todo está en un extraño silencio. Me he asomado a la ventana y parece que los basureros no han pasado. Los cubos de basura siguen llenos. A lo lejos, he visto algunas columnas de humo. Qué raro... Además de que no puedo contactar con mis amigas. O no cogen el móvil o éste está apagado o fuera de cobertura.
He intentado ver la televisión pero la antena debe haber muerto. Maldito edificio ruinoso. En cuanto gane lo suficiente, me voy de aquí.
Lunes, 5 de Junio
Ya estoy mucho mejor de mi gripe, ni fiebre, ni vómitos, ni escalofríos, pero no he ido a trabajar aunque ya estaba lista para ir. La empresa nos envió un correo diciendo que teníamos vacaciones toda esta semana, y que ya nos irán diciendo semana a semana, en espera de lo que decida el gobierno, pues se ve que una rapidísima y peligrosa enfermedad se está propagando por todo el mundo, con varios focos provocados por viajeros a distintos lugares pero provinientes del mismo sitio.
Miedo me da, en vista de cómo se hizo con el virus de hace tres años...
Miércoles, 5 de Julio
Un mes desde que escribí en ti, Diario... ¿Por dónde empezar?
Mi casa, mi refugio. El edificio, mi fortaleza. Mis vecinos, como la diezmada población, muertos en vida. Mi ventana, la única conexión con el mundo. Mi escopeta, una de mis armas de defensa.
Mis amigas y mi familia, probablemente estén todos muertos. Tengo que defenderme de todo, si bien, los enfermos hambrientos no son un problema para mí, los aún vivos, pueden ser saqueadores, ladrones, violadores y asesinos que, en vista que las fuerzas del orden como tal, ya no existen, pues campan a sus anchas haciendo maldades a los demás.
Desde mi ventana he visto a don Carlos. Sucio, medio descompuesto y arrastrando los pies por en medio de la calle, una furgoneta se paró a su lado y dos chicos, uno con un machete, y otro con un bate de béisbol con clavos, se bajaron de ella.
Entre risas e insultos giraban alrededor de mi querido vecino que, en vano estiraba sus brazos y giraba de derecha a izquierda y viceversa sin poder alcanzarlos.
El del bate, le golpeó fuertemente las rodillas, haciéndole caer. El del machete, se lo clavó varias veces en pecho y abdomen hasta que se le vieron los intestinos podridos. Don Carlos seguía gimiendo y estirando los brazos, dando dentelladas al aire. Sin pensarlo, le disparé en la cabeza con la escopeta que me regaló papá, para que terminara todo... Luego les pegué sendos tiros certeros a aquellos desalmados.
Ahora, tengo la posibilidad de dejar de mirar por esta ventana, porque hay una furgoneta con las llaves puestas debajo de mi casa. Necesito buscar comida. La que tenía en casa se terminó, la de mis cinco vecinos, también. Estos pensionistas, eran de los que iban a comprar el producto fresco del día, y así no hay quien sobreviva a un apocalipsis...
Por cierto, Diario. No sé qué clase de gripe tuve yo hace justo un mes, pero a mí los zombis no me atacan aunque yo siga viva y más lozana que antes, y siempre puedo vivir de la caza gracias a mi padre, por enseñarme todo lo que sé sobre supervivencia.
Hola, uuffff, vaya situación, da miedo hasta mirar por la ventana, pero como la protagonista reconoce, ella sabe defenderse. Buen aporte para el reto. Un abrazo. :)
ResponderEliminarHola, Merche.
EliminarTenía una historia en mente. Luego, la ilustración me dio las pautas por dónde llevar el relato.
¿¡Y nos dejas así, Noelia!? 😭😭😭
ResponderEliminarAhora que se empezaba a poner la cosa güena y nuestra aguerrida protagonista se va a convertir en toda una Tomb Raider mata Zombies.
No sé si es cosa mía, pero entre tanto horror epidémico, he encontrado ciertas notas irónicas que me divirtieron. Lo de la juventud del bloque representa el mío, puede que yo sea el más joven (aro, aro, las ganas); las referencias a "nuestra" pandemia, que no creó zombies, pero yo vi pasear alguno con su perro por el barrio; ese rifle francotirador que puede pisarme la idea que tengo dándole vueltas en mi cabeza...
Peroooooo... ¡Me he queao con ganas de más!
Porfa, porfa, porfa 🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Solo una vueltita por el barrio y se cargue al frutero y al lotero, que me caen mal. 😂😂😂
Ná, no me hagas mucho caso, que es sábado sabadete.
Felicidades por la aventura. No me pude imaginar al idear este reto que tras la ventana aparecerían los amigos de Michael Jackson. 😜
Muchas gracias por el relato.
Abrazooooo
Hola, José Antonio 😂
EliminarEs que si la historia continúa, se nos va del escenario tras la ventana de tu Vadereto. No sé. Cuando veo que llevo tiempo sin escribir algo donde salga algún Zombi, pues los meto en la historia. Subgénero muchas veces denostado, para mí es un reflejo de la sociedad que asusta.
He metido cosas como, la población envejecida. La juventud y los alquileres, la inseguridad ciudadana, la gestión de la pandemia... Todo ello con una protagonista que no se limitase a estar asustada y ya.
Me ha gustado la referencia que has hecho a la pasada pandemia como excusa para introducir la idea de una nueva, más salvaje y letal. Vaya un panorama nos has dejado! Ja, ja! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias, Marifelita.
EliminarDe más joven, pensaba en si sería posible un apocalípsis zombi... Creo que no. Ojalá que no, pues pasada la pandemia del coronavirus y sus normas, muchas veces ridículas y absurdas. Estaríamos vendidos.
Recuerdo aquello de dos personas viviendos juntas, por ejemplo en mi caso, madre e hija. Pues a la hora de ir en coche, una tener que ir atrás y en el lugar opuesto y con mascarilla (pero en casa, todo bien). ¿Alguien me lo explica?
Un relato muy interesante Noelia. No parecía, al principio, que iba a derivar en una situación tan tremenda, por lo que me ha parecido muy bien construido. Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Antonio.
EliminarMe alegra que te haya gustado!!
¡Me encantan los relatos de zombis! Así que he disfrutado mucho el tuyo. Si algún diá llega el apocalipsis me gustaría también tener la inmunidad de tu protagonista, sería genial. Saludos.
ResponderEliminarJajajaja y a mi!!!
EliminarGracias, Ana.
Se me ocurrió en el último momento.
He empezado a leer suave y tranquila y el relato me ha acelerado y deprisa he llegado al final. Creo que ni he respirado mientras leía el miércoles 5.
ResponderEliminarVaya panorama tenemos. ;-D Aplausos y abrazo grande
Gracias, Amaya. Espero que estés ya más tranquila, Amaia. Escribo de todo, pero me gusta mucho esceibir sobre zombis.
EliminarHola De la flor , muy buen relato con la ventana y la foto como protagonista.
ResponderEliminarUn capitulo nuevo de Walking Dead , que yo no había visto , jajajajajaj.
Ahora lo que tendrá que buscar también son balas ya que esas se irán acabando.
Saludos de flor.
Hola, Flor!!!
EliminarPues tienes toda la razón. Pero seguro que una chica como ella se las sabrá apañar.
¡Qué gran relato, Noelia! Original en la forma, por esa estructura de diario, y en el fondo vas leyendo tranquilamente las situaciones personales de la protagonista, para llevarte a esa hecatombe. Me ha recordado El "Ensayo de la ceguera" de José Saramago. La protagonista, por algo que no llega a conocerse, no llegó a contagiarse. Tan valiente como la de tu relato, mujeres que pisan fuerte y saben salir adelante en las peores circunstancias.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo!
Muchas gracias, María Pilar.
EliminarUna abrazo 🤗
Hola.
ResponderEliminarQue buen relato de zombies. Y bien inspirado en la imagen.
Parece que la enfermedad que se contagió la protagonista ha sido una suerte. Al hacerla faltar al trabajo, tal vez la salvó del contagio. Y tal vez influya en que los zombies no la ataquen.
Y como suele suceder, los vivos son los más peligrosos.
Un abrazo.
La suerte fue estar enferma y perderse la fiesta con sus amigas. Gracias, Demiurgo 🤗
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