Los dos matrimonios charlaban en la sobremesa y sus risas se mezclaban con el entrechocar de los hielos en los vasos.
—Mamáaaaa, no veo al tete.
—¿Cómo que no lo ves, Rubén? ¡Si estaba jugando contigo!
—Es que yo contaba y él se escondía, pero no le encuentro…
La cara de Luisa se puso roja por el enfado, pero respiró hondo para calmarse.
Santiago, se levantó de la silla y se dirigió al niño.
—Jolines, hijo. Tu hermano tiene dos años y tú ya seis. ¿Dónde estábais?
—Arriba —sollozó el pequeño.
Los padres miraron por toda la casa, pero ni rastro del niño.
A Luisa se le encogió el pecho acordándose de la piscina y fue corriendo. Respiró, su pequeño no había caído en ella, pero la cancela que daba a la carretera estaba abierta… A lo lejos vio un bulto atropellado, y la sangre se le fue de golpe a los pies. El estómago se le había cerrado y el frío se adueñó de su cuerpo. Jamás había sentido esa clase de terror tan primario, el que nace en las entrañas. Ahogando un grito de horror fue acercándose hacia el cuerpo que yacía en el asfalto.
Sin escuchar las voces de su marido, siguió caminando. ¿¡Era un puñetero gato!? Luisa sonrió nerviosamente y se dio la vuelta. Su pequeño Jaime estaba en brazos de su padre, a salvo. Se había quedado dormido en el cobertizo. Entonces, la sonrisa de Luisa se tornó real, de las que achinan los ojos.
Emociones en el relato:
- Alegría
- Enojo
- Tristeza
- Terror
- Congoja
- Desesperación
- Consternación
- Alivio/Incredulidad
- Felicidad
Ostras, qué miedo has generado con tus palabras, suerte que terminó bien, pero muy bien logrado el suspense. Buen micro. Un abrazo. 😊
ResponderEliminarGracias, Merche 😊 El microrrelato va sobre las emociones y aquí se pueden encontrar varias en poco tiempo. Ha acabado bien porque no tenía más palabras 😬
EliminarPobre Luisa.
ResponderEliminarQue nivel de susto que se dio. Por suerte, fue una falsa alarma.
Muestra bien tu relato las emociones de la protagonista.
Besos.
Gracias, Demiurgo 🤗
EliminarCuando era pequeña nuestra hija mayor se nos perdió por r unos momentos y nunca se nos olvidará el susto que pasé. Saludos
ResponderEliminarUff, los sustos que nos dan los niños 😬
EliminarDesde luego es una situación de lo más terrorífica para una madre.
ResponderEliminarGenial reto. Felicidades
Muchas gracias, Marina. Desde luego.
EliminarMuy bueno tu micro, realmente sentí la angustia de esa madre y su desesperación al buscar a su pequeño hijo, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Esas emociones son nuestra parte animal.
EliminarMuy buena la tensión creada en el micro. En un caso así, hasta nos alegramos de que fuera un pobre gato el arrollado y no el niño.
ResponderEliminarUna situación que espero nadie tenga que vivir, pero sé de una, casi similar, muy cercana a un familiar, solo que el bebé lamentablemente se ahogó en la piscina.
Buen final del fin de semana.
Qué pena, lo siento mucho 🙏
EliminarYo he tenido algún susto con mi hija, pero nada, como a la mayoría.
Y por suouesto, no quería darle un mal final a este relato.
¡Hola, Noelia! Tu micro es un fantástico pistoletazo de salida para el reto. Has tramado una historia donde hemos sentido y visto todas las emociones que se suceden en los personajes... emociones con las que me has sacado recuerdos de cuando mis hijos eran pequeños. Sin llegar al extremo de tu relato, me has evocado cuando de repente perdía de vista a uno en un supermercado. Ese pasar de la tranquilidad, a la sorpresa, a la preocupación, al enfado con uno mismo, a la angustia, a empezar a imaginar cosas... finalmente al alivio.
ResponderEliminarEs lo que tiene escribir desde la emoción: que el lector enseguida empatiza con la situación y los personajes.
Jo, imaginar a esa madre viendo el bulto... puff, pánico en estado puro. Fantástico aporte. Un abrazo!!
Gracias, David 🙏
EliminarSi no fuera madre, no habría podido escribir algo así.
He dramatizado la historia cogiendo cosas de aquí y de allá (de mi pueblo a la capital hay 8 km y una vez, conté hasta 4 animales muertos en la carretera en 4 sitios diferentes 😬). Y luego lo típico, que pierdes de vista a tu nene/nena medio segundo... Es la peor sensación del mundo. Ni padres , nis hermanos, ni nada. Un hijo.
Muy buen relato y muy bien mantenida la tensión. También la introducción de pistas al final, cuando ve el gato aplastado. La vorágine de emociones cambiantes me ha parecido excepcional.
ResponderEliminarAbrazoo
Gracias, Gabiliante. No podía ni quería darle un mal final a un relato así 💝
EliminarHola, de la Flor:
ResponderEliminarGracias por este relato emocionante en el que juegas con habilidad con la técnica narrativa: los lectores anticípanos un final funesto que al no cumplirse (salvo para el gato) refuerza el alivio climático.
Un abrazo.
Gracias, Nino.
EliminarNooooo. No podía terminarlo mal 🌈🌻
Que sufrimiento el de los padres, sobre todo el de las madres. El velar por sus cachorros, estar vigilante y a la par anticiparse a lo que pueda o no pasar. Menos mal que tu micro ha terminado alegremente para todos menos para el gato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Francisco. He puesto a la madre como personaje principal porque normalmente me es más fácil ponerme en la piel de una mujer por serlo yo misma.
EliminarMenos mal que fue un gato, tenía el corazón en un puño. Excelente relato lleno de inquietantes y variadas emociones. Abrazos
ResponderEliminarGracias, Nuria.
EliminarNo podía terminarlo mal, de verdad que no. El gato, lo siento por él, pero era para meter emoción e intriga, de eso se trata.
¡Ayayay delaflor!, esas situaciones con los nenes chicos son terribles. Nos has hecho ponernos del lado de esa madre angustiada y su posterior alivio, una alegría de ojos achinados 😊
ResponderEliminarYa te digo, los niños y su capacidad de ponerte el corazón en un puño.
Eliminar¡Qué buen micro, Noelia! Además de un recorrido muy bien llevado por todas las emociones, el relato tiene una tensión narrativa tremenda. El momento de terror de la madre es impresionante. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, Marta. Fue difícil en tan pocas palabras pero a veces, las cosas así pasan rápido aunque parezcan etwrnas.
EliminarMuy bueno tu micro. Nos transmites la angustia de esa madre y el volcán de emociones que se suceden.
ResponderEliminarY gracias por un final así, me temía lo peor.
No, Trujamán 🤗
EliminarNo podría haber escrito un mal final para el nene. Un gato, que en su gloria esté y sólo para mantener la tensión al final del relato.
He entrado en el juego desde el principio. Un microrrelato inquietante y muy bien dirigido. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo, De la Flor.
Gracias, Pedro.
EliminarCreo que he conseguido escribir por primera vez, un relato que te agarra y no te suelta hasta el final.
Estupendo trabajo sobre las emociones. Realmente conmovedor y terrorífico al mismo tiempo. Felicitaciones. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana.
EliminarQue relato más misterioso, hasta que al final puedes respirar..... làstima que el gato ha llevado las de perder ! :)
ResponderEliminarSalut !!.
Bueno, Artur.
EliminarEs sólo una historia y el gato sólo es un poco de dramática sazón.
Estupendo micro, de la Flor.
ResponderEliminarHas conseguido contagiarnos toda esa sucesión de emociones con una naturalidad increíble. Felicidades.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Estrella 🤗
EliminarMuy buen micro de la Flor, el giro del gato me ha encantado y la vorágine de emociones queda evidente en el relato. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Lulita.
EliminarDesde que aprendí que no es lo mismo decir que mostrar, soy otra.
No es lo mismo decir:
- María estaba nerviosa...
que
- María no paraba de retorcer la servilleta por los nervios
Vaya una montaña rusa de emociones en tu relato! Que nervios nos has hecho pasar! Al final, desenlace feliz! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Marifelita.
EliminarLas emociones salen a flote a través de las expresiones y microexpresiones.
¡Qué buen micro, Flor! Me has tenido en vilo. Un abrazo!
ResponderEliminarPues muchas gracias, María Pilar 😊
EliminarDe toda la paleta de emociones, creo que no te has dejado ninguna fuera del tintero, ja, ja, ja.
ResponderEliminarDesde luego, no hay para menos. Me pongo en su lugar y a mí también me habría sucedido lo mismo.
Un abrazo.
Muchas gracias, Josep Maria 🤗🌻
EliminarWooow. ¡Mola mucho! Por un momento creí que la madre seria quién sería atropellada. Un final muy sorprendente. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias!!
EliminarLo tuve en mente, Pluma del Este 😬
Se salvó porque 250 palabras no daban para tanto.
Me puedo imaginar muy bien ese terror de Luisa y de Santiago, no hay cosa peor para los que somos padres. Muy buena tu paleta, de la Flor. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Myriam.
EliminarExactamente, ese miedo sólo puedes sentirlo si tienes hijos. Quizás sobrinos a tu cargo también.
Hola Delaflor menuda montaña rusa de sentimientos, muy bien escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa.
EliminarExcelente micro para iniciar el reto. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, Macondo!!
EliminarHola, Noelia. He sido padre primerizo hace pocos meses y leer tu micro me ha encogido el alma, así como suena. ¡Madre mía qué congoja he pasado! Suerte que terminó bien, si no, no sé si habría podido dormir. Fantástica tu propuesta, te invito a visitar la Buhardilla de Tristán y descubrir mi microrrelato. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Javier.
Eliminar¡Ay! Bienvenido al club. Yo llevo siendo madre primeriza por casi 17 años, y esa sensación no se pasa nunca. Ahora es tu bebé, luego será niño y después adolescente. Ánimo y enhorabuena.
Hola De la flor, muy intenso tu relato por un momento pensé que el pequeño había sido atropellado por un coche, gracias a dio no.
ResponderEliminarEn cuanto a tu pregunta de mi relato te diré "Que se llama el protector" por qué el abuelo era el que se encarga a de velar por la salud de su nieta.
Y no tenía por avisarla, ya que podría pasar que en alguna ocasión no le diese tiempo a decirle que iba a buscarla, y se encontraría con undividuo desconocido.
Espero haber aclarado tu pregunta.
Saludos de flor.
Gracias, Flor.
EliminarEs que para mí ese es el miedo de verdad, el que se siente en la maternidad.
Ostras, DelaFlor, me has puesto los pelos de punta, aunque pobre gato, que al final el nene estuviera bien ha sido un consuelo, y grande. Genial reto, lo conseguiste y con creces.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias, Pepe. Supongo que de eso se trata el reto, de hacer sentir al lector.
Eliminar😊🌻
Efecto conseguido: ¡temblor! ¡Ahogo! Ufff Acaparaste toda mi atención. En vilo fui detrás de Luisa hasta ver que era un pobre gato, réquiem por él. Muy bien narrado, preciso, conciso, acertado.
EliminarVine a través del blog de Nino Ortea y ya quiero quedarme.
Un disfrute tu aportación. Gracias!
Saludos!
Muchas gracias, Clarisa.
EliminarMe halagan tus palabras especialmente, pues he podido ver que tienes mucha más experiencia en esto de escribir 🙏
Toda una gradación excelente de emociones. ¡Muy logrado! Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo!
Pues muchas gracias, Volarela.
EliminarPuff, muy bueno. Describes perfecto esos saltos emocionales frente a una situación así. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarPara mí, la peor sensación es esa, el miedo por los hijos.
¡Hola!
ResponderEliminarHemos coincidido con el título del relato aunque los contenidos son completamente diferentes así como las emociones escogidas.
Tu relato nos conduce muy bien por ese temor animal que desarrollamos en torno a los hijos y su protección. Nos tienes en vilo con la desaparición del peque llevándonos por una noria de incertidumbre hasta que se produce el desenlace. Muy bien estructurado y desarrollado. Felicidades
Gracias, Matilde. A veces, el título es lo de menos, pero elegí ese porque es cuando sucede una escena costumbrista que puede darse. Así como una apacible sobremesa en un chalet y fin de semana, puede trastocarse por unos momentos de la forma más simple y ateeradora.
EliminarQué terribles angustia y qué alivio al final. Creo que todos hemos pasado por emociones similares cuando tenemos niños. Muy buen micro y emociones muy bien descritas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rosa 🤗
EliminarHola de la Flor, genial, sencillo pero superlativo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Emerencia. Me gusta la sencillez, pues la vida ya es muy complicada de por sí.
EliminarHola de la Flor, que bien narras esa situación, cuantas emociones juntas, el final nos permite sonreír .
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Gracias, Puri. No podía terminarlo mal.
EliminarHola, de la Flor, tu relato es una paleta de emociones. Muy bien entrelazadas!
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Mirna 🌻
Eliminar¡Uff! Me ha tenido en vilo de principio a fin. Un abrazo!
ResponderEliminarPues muchas gracias Mª Pilar 🤗
EliminarEstupendo relato, Noelia, mantiene muy bien la tensión y describe las emociones estupendamente. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, Lola!!
EliminarHola. Leí por ahí en alguna parte que existen 270 emociones en total... te juro que yo hubiera pasado por todas ellas, 50 veces al menos, en los minutos que tardó esa señora en ver que el tete estaba a salvo... gran Micro.. ¡Saludos!
ResponderEliminar¡Sin duda! Muchas gracias, Octavio.
EliminarPobre gato, pero al menos Tete a salvo, es una mezcla de emociones el que una madre siente en momentos como esos. Abrazos virtuales desde Venezuela
ResponderEliminarHola, Raquel. Sí, pobre gato. Pero en esos momentos por los que pasa la madre, es lo de menos 😂 Y no puse un perro porque sería aún más fuerte.
EliminarTremenda y bastante cotidiana escena cuando hay niños pequeños y un millón de peligros acechando siempre. He sentido la angustia horrible cuando vio el blto en la carretera. Y la paz al desenmarañarse todo el enredo. Ha sido una montaña rusa de emociones en todos sus matices intermedios. ¡Fantástico, compañera!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, MJ!!!
Eliminar🤗🌻