01/03/2025

A, de, ene

Microrreto: Tintero derramado


Cuando nos enamoramos, la mayoría de las veces, no nos paramos a pensar en las consecuencias de ese amor, y mucho menos, en las consecuencias del desamor que quizás llegue también con el tiempo… Ese tiempo cíclico y caprichoso que gira como una rueda y hace volver modas pasadas, lo vintage, incluso repetirse tremebundos capítulos de la historia de la humanidad.
Pero cuando un amor se acaba, ¿qué nos queda? ¿Son todas las parejas pasadas iguales? Pues ya os digo yo que: rotundamente no. Todos nuestros ex han dejado una impronta en nosotros, ya sea buena, mala, regular o con matices. De todas aprendemos algo aunque al principio seamos incapaces de verlo. En la mayoría de las veces no quedamos con su recuerdo en nuestra memoria. Hay quienes lo guardan todo, incluso las fotos. Personalmente, a mi no me gusta guardarlas, ya que en mi recuerdo quedan sus caras.
A veces te gustaría no tener ni que acordarte de ese ex que te dejó en la estacada cuando más lo necesitabas. Querrías olvidarte de su cara, pero no puedes, ya que no solamente compartes aún una hipoteca a treinta años. Le ves aunque no esté. Le ves apareciendo en la cara de tu hija que ya es una mujer. Sale a relucir en alguna mueca, su cara es una mezcla de ti y de él, y entonces te acuerdas de que un día os quisisteis y tuvisteis un deseado bebé. Dieciocho años de genética compartida y pensamiento propio te miran con sus ojos, esos que sí son heredados de ti, y aunque su padre a veces pueda llegar a desesperarte, no le odias. Querrías odiarlo, pero no lo haces porque hace mucho tiempo que pasaste todas las etapas de aquel duelo que parecían la muerte misma… y porque te ha dado lo más preciado que tienes en esta vida, tu hija.


211 palabras

52 comentarios:

  1. Hola, Noelia. Muchas gracias por participar en el reto. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Noelia, muy buen relato sobre el desamor del que se aprende mucho y que en ocasiones puede dejarnos lo mejor de nuestra vida los hijos.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  3. Hola Noelia que bien contado con sus matices, sus partes buenas y las menos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Ainhoa. Es un micro con mi realidad, ni más ni menos.

      Eliminar
  4. Muy buen relato, el desamor es triste, porque, aunque te deje un hijo o más no es lo mismo.
    Saludos.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
  5. Nunca he entendido bien la inquina que muchas parejas se profesan después de la separación. No hablo de parejas en las que hubo malos tratos del tipo que sea. Me refiero a parejas normales que se quisieron y fueron felices y un día decidieron que ya no había sustrato para seguir con la relación. Y ya cuando usan a los hijos como arma arrojadiza me parece una vergüenza.
    Por todo ello me ha encantado tu relato. Ver en tu hijo rasgos de su padre al que una vez quisiste (y sigues queriendo aunque de otra forma), es de lo más reconfortante. Y sé de lo que hablo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rosa. Te comento que cada separación es un mundo y personalmente tengo motivos para no querer a mi ex. Resumiendo: me dejó en el momento en el que me di cuenta que estaba metida hasta el cuello en una depresión... No me ayudó. Pero el odio nos hace más infelices. No le odio pero ni olvido ni perdono.

      Eliminar
    2. Bueno, como dices, hay casos y casos y tú tienes motivos sobrados. Que te abandonen cuando más falta te hacen tiene que ser muy duro.

      Eliminar
    3. Eso sí. Puedo decir que es un buen hombre y un buen padre. O sea, es muy buena persona aunque pasara aquello. Luego ves las noticias y te das cuenta que no elegiste a un malnacido.

      Eliminar
  6. Un relato con una reflexión muy acertada, Noelia. Todas las experiencias de la vida, buenas y malas, nos hacen crecer y ser lo que somos. Al final hay que rescatar lo positivo que trajo esa relación pese al dolor con que pudo terminar. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marta. Pues sí. Y pese a todo, no salió tan mal.

      Eliminar
  7. Cuánta verdad en esta reflexión. Yo me llevo muy bien con mis ex, con o sin hijos por el medio. También rompo las fotos. Ya con acordarme de ellos es suficiente. Son nuestros ex porque al principio creímos que serían definitivos. Pero, a veces sin ninguna razón aparente, los caminos se separan. No pasa nada. Seguimos adelante, intentando a ser felices y sin guardar el rencor.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Un relato muy bonito y muy humano. Es verdad. Los exes siempre dejan huella y no siempre es mala. Me gustó tu enfoque. Un gran aporte. Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Hola, Noelia.
    Un relato reflexivo. Me invitas a hablar de más, pero de eso se trata, supongo. Nunca terminamos de conocer a las personas que tenemos cercanas, normalmente sucede cuando algo se rompe, no va bien, ante las adversidades, allí descubres y nos descubrimos. Y creo que uno debe volver a reconectarse, porque cuando se está en pareja, de algún modo por muy individuales que seamos, compartimos, y al hacerlo parte de nuestra esencia se esparce, el duelo ante cualquier final es algo necesario. Y como dices, los sentimientos negativos desaparecen con el tiempo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Irene.
      El escrito son reflexiones mías que iba teniendo ahora que mi hija ya es una mujer. Si a otros os ayuda a verlo así o de otra manera, pues perfecto.

      Eliminar
  10. Muy bonito Noelia, así deberia quedarse el desamor, con lo bueno

    ResponderEliminar
  11. Hola, Noelia, un microrrelato tan real como la vida misma. Haces una gran reflexión sobre el desamor y sus consecuencias.
    Un abrazo. 🤗

    ResponderEliminar
  12. Hola Noelia, el relato me ha hecho reflexionar sobre cómo el amor y el desamor dejan huellas en nosotros. Al principio, no pensamos en las consecuencias de un romance, y cuando termina, cada expareja nos deja algo, ya sea bueno o malo. Lo que más me impactó es cómo, aunque el desamor traiga dolor, el vínculo compartido, como un hijo, nos impide odiar del todo a esa persona. Me parece un recordatorio sincero de que, aunque el amor acabe, siempre queda algo en nosotros, y a veces, ese legado nos ayuda a encontrar paz. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nuria. Me gusta que os haga reflexionar este micro.
      Sobre lo de odiar... Él es un buen hombre. Se puede ser buena persona y hacer a veces las cosas mal. Luego ves otras historias de mujeres que dan terror.

      Eliminar
  13. No siempre ha de ser dañina una ruptura además, como dices en tu texto, el recuerdo pervivirá de una manera u otra.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido, Necco.
      Cada persona es un mundo, y cada relación aún más.

      Eliminar
  14. Noelia, te felicito por el mensaje que has transmitido: Saber elegir lo positivo. Pues yo entiendo que si una relación pasada nos ha dejado dolor, ¿acaso no le damos la oportunidad de seguir causándonos más y más dolor aún si consentimos que su recuerdo nos siga amargando la existencia? Me parece mucho más sabio quedarse con lo positivo, en vez de recrearse en todas esas emociones negativas que nos produjo esa persona y la ruptura con ella. Es hasta sanador. Hay que saber darse nuevas oportunidades, y hay que saber guardar en cajoncitos bien cerrados aquello que nos hizo daño, y quedarnos con lo que nos ayude a crecer, a vivir y a volver a amar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Isra. No es fácil. Hay momentos y momentos...

      Eliminar
  15. ¡Hola Noelia! Muy buen relato sobre el aprendizaje que nos puede dejar el desamor. Me gusta como lo has enfocado a lo largo de todo el relato en positivo, mostrando como aunque el amor se acabe en muchas ocasiones no podemos llegar a odiar a esa persona, bien porque sea el padre de nuestro hijo o bien por las cosas buenas que se han vivido a su lado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. Hola, Noelia, has trabajado muy bien eso del paso del amor al desamor por así decirlo, las experiencias todas sin excepciones son enriquecedoras, por muy malas que sean, lo importante es que debemos aprender de ellas y seguir adelante, sin rencores. Nadie puede dar lo que no tiene y es algo que olvidamos con mucha frecuencia, y de lo que tiene da sin pensar si nos gustará o no. Lo mismo hacemos todos.
    Me ha parecido un escrito muy sincero, reflexivo y tan humano, gracias. Un placer venir a leerte. Que pases lindos días de marzo.

    ResponderEliminar
  17. . «El amor tiene fácil la entrada y difícil la salida» (Lope de Vega).
    Muy interesante tu aportación.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Si ves que hay cosas que nunca cambian.

      Eliminar
  18. Hola Noelia. Un ensayo sobre el desamor y la huella que deja en nuestras vidas. Es cierto que por nuestro bien y el de los hijos, es conveniente mantener una relación cordial con nuestras ex parejas, aunque cuando una relación se ha roto suele dejar una pesada mochila detrás. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Buenas, me ha gustado tu relato. No siempre que una relación de pareja se acaba, las personas pasan a odiarse. El amor no tiene que convertirse en odio, y eso mucha gente no lo comprende, o la situación deriva de manera inevitable a ese trágico final.

    Un saludo.

    Irene

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Irene.
      Las cosas dependen de tantos factores...

      Eliminar
  20. Hola,Noelia. Excelente reflexión sobre esos amores que se han ido pero nos han dejado un presente tan hermoso como un hijo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  21. Es una reflexión emotiva sobre el amor, el desamor y las huellas que dejan las relaciones pasadas. El tono es íntimo y melancólico, con un estilo sencillo que transmite bien la complejidad de los sentimientos hacia un ex. La idea del tiempo cíclico y la comparación con modas o historia añade profundidad, mientras que el foco en la hija como legado compartido es un giro tierno y realista. Me encanta cómo mezclas resentimiento, aceptación y amor incondicional sin caer en tópicos. Su fuerza está en la honestidad emocional.
    Felicidades.

    ResponderEliminar
  22. ¡Hola Noelia! Me ha gustado que al final, y pese a todo, la hija haya sido motivo para ver lo bonito de la vida, con sus matices y sus sombras ¡Buena reflexión!

    ResponderEliminar
  23. Hola, Noelia. ¡Cuánta(s) razón(es) hay en tu microrrelato! El desamor es uno de los duelos más difíciles de sobrellevar y, en mayor medida, cuando fruto de aquella historia queda algo que (con)vive para el resto de tus días. Me ha gustado la sensibilidad de tu escritura. Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.

    ResponderEliminar
  24. Un relato muy reflexivo. Donde hubo amor no deja paso al resentimiento, además cuando hay hijos por el bien de ellos es mejor tener buena amistad. Un saludo.

    ResponderEliminar
  25. Me parece muy juicioso tu micro: una reflexión profunda sobre lo que queda de un amor que terminó, desde una mirada madura.
    No se puede huir del pasado; sólo queda aceptarlo, y si es con buen ánimo, mejor (los que vienes después -esa hija- lo agradecen).
    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Maite. Los años, por lo menos a mí, dan más paz y paciencia.

      Eliminar